El pasado jueves, 7 de diciembre, en plenas vísperas de la celebración del día de las velitas, el comandante de la Policía de La Guajira, coronel Diego Montaña Gómez, confirmó el secuestro de Julián Alandete Rangel, en el municipio de Uribia, quien trabajaba junto a su padre como contratistas para la empresa de Acueducto y Alcantarillado, Triple A, en el municipio de Uribia.
Tras pasar más de 15 días de perpetrarse este hecho, las autoridades locales intensificaron la búsqueda para dar con el paradero del joven.
Según la información preliminar, el caso se habría registrado el pasado jueves, en horas de la madrugada. Las primeras versiones dan cuenta que Julián Alandete Rangel, (de Mompox, Bolívar), se transportaba en una camioneta Toyota 4 Runner de color azul, cuando seis personas armadas habrían interceptado el vehículo.
“La Policía Nacional y las Fuerzas Militares rechazan cualquier acto de secuestro. Nuestras instituciones se comprometen a desplegar todos los recursos para la pronto liberación de este joven y dar con la captura de los responsables”, señaló el coronel Montaña.
Hasta el momento, ninguno de los grupos armados se ha manifestado frente al secuestro de Julián Alandete Rangel; sin embargo, las autoridades continúan investigando lo sucedido.
Ese mismo jueves, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, se volvió a pronunciar sobre los delitos cometidos por el Ejército de Liberación Nacional, ELN, y que han impedido que se avance en los diálogos de paz. Especialmente por el tema de los secuestros, flagelo que pone en jaque las conversaciones con esta guerrilla.
En este punto, el jefe de cartera fue claro en decir que actualmente dicho grupo insurgente tiene en su poder a cerca de 38 personas secuestradas. Hecho que rechazó y condenó, diciendo que esto no se trata de una retención, como lo quieren hacer saber los ‘elenos’, sino que se trata de un delito.
“Cuando la retención se hace con fines económicos o extorsivos, como los que realiza el Ejército de Liberación Nacional; esa retención, se llama secuestro. Entonces decir que hay modalidades de este flagelo, como retener a las personas y exigir una recompensa, es secuestro y eso es un delito. En eso no hay discusión, ni podemos debatir los términos, es lo que es”, acotó el ministro.