En Colombia ya se han presentado varios sucesos que tienen que ver con estos enormes animales, a principios de abril se presentó un accidente cuando un vehículo se estrelló contra uno de estos animales, ocasionando la perdida del animal y dejando a los ocupantes heridos.
Este hipopótamo era parte de la descendencia de los cuatro ejemplares que el narcotraficante Pablo escobar trajo desde un zoológico en Estados Unidos y los trajo a su Hacienda Nápoles en la década de los 80.
Pero tras la muerte del capo en 1993, las tres hembras y un macho quedaron a la deriva debido a la complejidad de su traslado a una reserva natural. Estros enormes animales se lograron escapar de la finca que estuvo desatendida y se diseminaron por la región a lo largo del río Magdalena.
Un problema que se extendió
A lo largo de los años, su población ha aumentado, llegando a unos 130 ejemplares en la actualidad. Para el experto en el tema Elliot Doornbos, Profesor Titular de Criminología, Nottingham Trent University “En su estado de libertad, los hipopótamos han comenzado a convertirse en un problema, con un incremento en los ataques a las personas y un crecimiento de la industria ilegal relacionada con su captura y venta”.
Grupos de ambientalistas en el país, han señalado que estos grandes herbívoros, están alterando los delicados ecosistemas acuáticos de Colombia. Sus excrementos, depositados en lagos y ríos, pueden afectar la composición del agua, la cual sirve como hábitat para otras especies como los manatíes y capibaras.
Es por estos problemas, que los hipopótamos han sido oficialmente incluidos en la lista de especies invasoras que requieren control, tal como lo reporta el profesor Doornbos en su columna en el portal theconversation.com.
Recomendaciones para su control
En la actualidad, se están considerando tres estrategias para controlar la población de hipopótamos en Colombia: eutanasia, reubicación en zoológicos y santuarios de animales en el extranjero, y control de la fertilidad.
Según las consideraciones del profesor Elliot Doornbos, la eutanasia se presenta como la opción más rápida y económica para controlar la población, aunque es una estrategia altamente controvertida que implicaría la muerte de hasta 30 ejemplares de esta especie por año. Los opositores argumentan que esta estrategia no beneficia a estos animales.
El programa de reubicación propone trasladar a 70 hipopótamos a zoológicos y santuarios de animales en India y México. Sin embargo, capturar y transportar a estos animales, conocidos por su agresividad y gran tamaño, representa un desafío logístico considerable. Por lo tanto, sed planea controlar la fertilidad de los hipopótamos que permanezcan en Colombia.
La estrategia de control de la fertilidad implica el uso de un fármaco que se usa en los porcinos para reducir la fertilidad de las hembras de esta especie. A largo plazo, este método reducirá el número de hipopótamos en estado salvaje, disminuyendo la amenaza que representan para las personas y el medio ambiente.
Ambas estrategias son costosas: la reubicación supone un gasto de aproximadamente 3.5 millones de dólares, mientras que el tratamiento de la fertilidad cuesta 50 mil dólares por hipopótamos. Esta financiación podría desviarse de otros esfuerzos de conservación en Colombia.
Por lo pronto esta es una problemática que se debe manejar, porque siguen ocurriendo amenazas para las personas y sobre todo para el ecosistema, que de por sí se encuentra muy delicado debido a esta especie invasora.
Familia de Pablo Escobar se pronuncia sobre los hipopótamos
Dentro de esta polémica por el futuro de los hipopótamos en Colombia, Nicolás Escobar, uno de los sobrinos de Pablo Escobar, habló sobre al respecto en una entrevista para la Revista Semana.
Entre los detalles que reveló, contó que no fueron cuatro ejemplares, sino que en realidad fue una manada completa la que el narcotraficante trajo en su momento al país.
“La gente dice que acá solo llegaron cuatro hipopótamos, eso es totalmente falso. Aquí llegó una manada completa de hipopótamos. Esos hipopótamos ya tienen su propio ADN colombiano. A los hipopótamos les tocó irse de donde estaban porque el Estado no les suplía la comida, por eso se fueron yendo para diferentes partes”, explicó Nicolás Escobar.
Afirmó que deberían “respetarles la vida porque son unos animales que no tienen la culpa de lo que pasó y aprovechar los animales para hacer turismo, que la gente que vive en las riberas pueda llevar a la gente para que los conozca, con todo el respeto del mundo, para que les genere rentabilidad, no asesinarlos”.
A pesar de las buenas intenciones, hay argumentos de fondo que deben ser considerador, puesto que hay zonas altamente vulnerables a los daños ecosistémicos de una especie invasora. Por otro lado, no se sabe cuánto podría costar una u otra medida.