Por: Eduardo Bonces, director de la operación digital de El País
Luego de la elección de Leopoldo Múnera Ruiz como nuevo rector de la Universidad Nacional de Colombia, diez exrectores de ese centro educativo le enviaron una carta a la ministra de Educación, Aurora Vergara, asegurando que su representante, Ignacio Mantilla, no volverá a participar en el Consejo Superior Universitario hasta que el Consejo de Estado se pronuncie al respecto.
Quienes firman la carta son Diego López Arango, Fernando Sánchez Torres, Moisés Wasserman Lerner, Osmar Correal Cabral, Marco Palacios Rozo, Eduardo Brieva Bustillo, Ricardo Mosquera Mesa, Dolly Montoya Castaño, Darío Valencia Restrepo y el propio Mantilla.
En diálogo con El País, el profesor Mantilla habló sobre la atropellada decisión e indicó que el proceso de elección puede contaminar la universidad con tintes políticos quitándole su excelencia y convirtiéndola en un fortín para otros intereses.
¿Qué significa su retiro del Consejo Superior Universitario hasta tanto el Consejo de Estado tome una decisión sobre la elección del nuevo rector de la Nacional?
Yo renuncié el mismo 7 de junio ante la elección que se hizo por parte de la mayoría del Consejo Superior del profesor Múnera. Esto significa que ningún exrector de los que suscribimos esta carta está dispuesto a participar en un consejo superior como el que existe actualmente y que, por lo tanto, hasta que el Consejo de Estado no se pronuncie sobre la legitimidad o legalidad de las últimas decisiones que se han tomado, no vamos a participar.
¿Qué es lo que están reclamando al Consejo Superior y al Gobierno?
El reclamo es que no se respetó por parte del Gobierno Nacional, en cabeza de la Ministra de Educación, la elección que se hizo el 21 de marzo y aun cuando ella como ministra presidió la reunión se negó a firmar el acta y dilató la posesión argumentando que había inconsistencias, hasta que finalmente quedó claro que no firmaría y el Gobierno entonces aprovechó que se cambiaba la composición del consejo, porque había dos miembros nuevos, y de esa manera, cuando ya tenían una mayoría, citaron de manera inmediata para nombrar un rector.
¿Por qué cree que el Gobierno está provocando ese caos institucional?
En efecto, ello nunca se había visto, el reclamo es el asalto a la autonomía universitaria, el Gobierno quiere controlar la Universidad, quiere controlar el Consejo Superior y por supuesto que las universidades son espacios donde se puede, seguramente, iniciar proyectos políticos que interesan al país entero; entonces seguramente, es lo que sospecho, el Gobierno tiene interés en politizar la universidad en ese sentido.
¿Ese proyecto del que usted habla podría ser una constituyente?
En la universidad eso no existe, en la universidad hay unos estatutos que se pueden modificar por supuesto y están los mecanismos para hacerlo. Pero mucho se ha hablado de constituyente universitaria y constituyente nacional, entonces hay una clara relación entre las dos cosas.
¿Cree que las protestas durante el proceso de elección estuvieron relacionadas con la decisión del Gobierno de poner un nuevo rector?
Las protestas se dieron también porque al interior de la universidad obviamente hay un grupo de estudiantes y profesores que tampoco compartían la decisión del Consejo Superior. Es apenas natural que si no se elige a la persona que tuvo dentro de una consulta una mayoría, entonces se quiera presionar para que sea esa persona la designada. Pero obviamente esa protesta con la intromisión del Gobierno, pues le da ya un carácter distinto a lo que nosotros conocíamos dentro de la institución.
Cuando usted fue rector también recibió protestas y grupos en contra, ¿cómo lo manejó?
Por supuesto que siempre todos los rectores hemos tenido opositores al interior de la institución. En esa oportunidad se manejó con diálogo, con acciones que estaban encaminadas principalmente a mecanismos puramente académicos como era la revisión de estatutos, la revisión del estatuto estudiantil, el estatuto de profesores, el disciplinario, programas de bienestar, todo ese tipo de cosas que se debatían en ese momento. Esos asuntos fueron los que nosotros atendimos, no eran protestas de tinte político, eran reclamos de tipo académico y administrativo.
¿Qué consecuencias puede tener esta politización de la Universidad Nacional que ha advertido?
Eso sería gravísimo, porque las universidades públicas colombianas estarían introduciendo los vicios de la política a las universidades y sería muy peligroso tener elección directa de rectores, porque ya tenemos ejemplos en Latinoamérica donde ese tipo de discusiones en instituciones de alto prestigio han terminado disminuyendo ese nivel, y, por supuesto, llevaría a las instituciones a discutir proyectos políticos y no académicos. Tenemos algunos ejemplos como la Universidad de Buenos Aires en Argentina y la Universidad de San Marcos en Perú. En España hay también algunos ejemplos, aunque lo que se ha hecho en ese país es un poco más ponderado.