En la mañana de este domingo, 5 de mayo, se conocieron algunos hechos que vinculan a cuatro miembros de la Policía Nacional con el narcotráfico, caso que está relacionado con una investigación del año pasado.

La investigación, que arrancó con la detención de los tres oficiales, ha escalado a implicar al exsubdirector de la Policía, el general Tito Castellanos.

Ante esta noticia el presidente Gustavo Petro dijo, en su cuenta de X, que “si la fuerza pública se deja penetrar de las mafias, no hay seguridad posible”.

Añadió que “ni el informe sobre robo de armas es amañado ni los vínculos que ligan altos oficiales con el narcotráfico. Mi gobierno no descansará en lograr para el honor de la fuerza pública, una total separación de las fuerzas del estado, del crimen. Para ello es fundamental una total separación de la política del crimen”.

Esto también relacionado con la información que hace unos días dio el Mandatario, en la que aseguró que casi un millón de municiones fueron robadas. Sin embargo, luego se corrigieron los datos.

La historia de la corrupción al interior de la Policía se remonta al 2023 cuando se vinculó a varios miembros de la institución en robo de recompensas de los gastos reservados de la Policía y de la DEA. Luego escalaron a tráfico de drogas.

El tema se revivió este fin de semana, lo que llevó al pronunciamiento del Mandatario.

Caso municiones

El mandatario de los colombianos reveló que se habían perdido más de un millón de municiones de las unidades militares ubicadas en Tolemaida, Cundinamarca, y La Guajira.

Sin embargo, al parecer, al presidente nadie le informó cuál columna era la que debía leer y terminó entregando las cifras de la columna equivocada.

Según se conoció luego, Petro leyó donde se especificaba el material que faltaba por cargar al sistema, es decir, que físicamente sí estaba, pero que no aparecía en el software especial militar, denominado SAP.

Este documento forma parte del confuso informe que entregó el Ejército al presidente Petro, quien erróneamente dijo que se habían perdido más de un millón de municiones.

El mandatario también denunció que no aparecían más de 22.000 municiones para los tiradores de alta precisión (francotiradores), cuando el reporte decía que no había faltantes.

Asimismo, el presidente denunció que faltaban 626.614 municiones calibre 5.56, pero el reporte habla de 18.562 unidades pérdidas.

De inmediato, las Fuerzas Militares, intervinieron para detener el escándalo que había armado el polémico informe del general Ospina.

Entre tanto, el general Helder Giraldo, comandante de las Fuerzas Militares, ordenó crear una comisión conformada por las inspecciones de la Fuerza Aérea y la Armada para auditar el informe entregado por el Ejército.