Los habitantes del Valle de Aburrá fueron despertados este miércoles, 28 de febrero, a las 2:00 a.m., con la sacudida de un sismo de magnitud 4.0 en la escala Macrosísmica, que tuvo sintió con mayor intensidad en las ciudades de Medellín y Bello.
Según el Servicio Geológico Colombiano, el sismo tuvo una profundidad superficial, de 30 kilómetros, por lo que se percibió con bastante fuerza en las zonas afectadas. Pero, más allá del susto que provocó este movimiento telúrico en la madrugada, para muchos ha resultado misterioso el estruendoso sonido que precedió el sismo.
Como se puede evidenciar en los diferentes videos que han compartido en redes sociales las personas que grabaron el momento del sismo, o tomados de cámaras de seguridad, se escucha un fuerte ruido inmediatamente antes de que ocurra el temblor. Este fenómeno ha despertado la curiosidad de las personas, generando especulaciones y teorías al respecto.
De acuerdo con John Makario Londoño, director de Geoamenazas del Servicio Geológico Colombiano (SGC), “hasta el momento hemos recibido más de 9.500 reportes de sentido, pero adicional a ello hemos recibido reportes de que en este sismo se escucharon ruidos en el momento de la ocurrencia”.
El director de Geoamenzas explicó que “la gran mayoría o prácticamente todos los sismos puede generar ondas acústicas, lo que pasa es que la gran mayoría no se escuchan por una razón muy sencilla, porque son muy profundos y porque las frecuencias que generan esos sismos no son detectables por los oídos humanos. El rango de audición del ser humano, en promedio, está entre 20 y 20.000 hertz, y normalmente los sismos tienen frecuencias por debajo de 20 hertz”.
De modo que, teniendo en cuenta que este sismo tuvo una profundidad menor a 30 kilómetros, entonces “cuando uno está muy cerca al hipocentro, cuando el sismo es muy superficial como en este caso, se pueden escuchar las ondas PYS (ondas sísmicas) viajando al momento que se libera esa energía, produciendo estos sonidos que normalmente se escuchan como si fuera una explosión o un tren”, aclaró el experto.
También indicó que si se escuchó este ruido, esto “quiere decir que tiene frecuencias por encima de 20 hertz, que son capaces de ser detectadas por el oído humano. Hay otras frecuencias que se llaman infrasonido que normalmente el ser humano no escucha y son las que poseen la gran mayoría de los sismos”.
“Esto es un fenómeno normal. Cuando uno está cerca al hipocentro y el epicentro es muy probable que se escuchen ruidos, como en este caso con el sismo de Bello (Antioquia), pero es algo normal, no es de preocupación y es un fenómeno natural que normalmente ocurre”, concluyó el funcionario del SGC.
Por otro lado, Christa Von Hillebrant-Andrade, geóloga y exdirectora de la Red Sísmica de Puerto Rico (RSPR), comentó que “algunas de estas frecuencias se perciben y otras no, algunas son audibles solo por los animales. Y eso se ha probado. En algunos casos estos sonidos no son audibles para seres humanos, pero sí para animales, por eso si usted tiene mascota se habrá dado cuenta de que en ocasiones se ponen impacientes y comienzan a ladrar previo al temblor”.
Además, afirmó que estos ruidos son estudiados por los expertos, “porque hay diversas teorías y cada vez que ocurre el sismo la onda acústica puede ser distinta. Lo que sí se sabe es que es normal que se produzca ese estruendo y que se perciba segundos antes del temblor, porque la onda acústica viaja más rápido que la onda sísmica”.