Lentamente se ha ido perdiendo la ilusión de volver a ver con vida a los 14 mineros que desde el pasado lunes quedaron atrapados a 300 metros de profundidad en la mina La Mestiza, ubicada en la vereda El Albarico, de El Zulia.
Y es que ayer, al cierre de esta edición, los socorristas habían logrado ubicar y sacar tres de los obreros, pero estaban totalmente quemados, sin vida y en estado de descomposición. Eso llevó a que los familiares de estas personas comenzaran a creer que sus seres queridos también ya habían fallecido.
En sus caras se podían ver las expresiones de tristeza, desconcierto y rabia, pues hasta el miércoles tenían la esperanza de que podrían volver a ver a sus seres queridos para abrazarlos, besarlos y escucharlos contar esas historias que vivían día tras día en su trabajo, pero ayer la situación cambió.
Los familiares de los 11 mineros que aún faltaban por encontrar, decidieron seguir esperando en la mina sin importar la incomodidad por la que están pasando, pues mientras unos descansan en colchonetas, camas o sillas, otros no tienen más opción que acostarse en el suelo.
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"Buscamos una cobija y la colocamos encima de las piedras, solo la usábamos para que no llegaran bichos o no ensuciarnos tanto la ropa”, contó una joven que espera alguna noticia de su esposo que está entre los atrapados de la mina.
El primer hallazgo
A las 4:00 de la mañana, de ayer, se conoció que los socorristas habían logrado llegar hasta donde se encontraba uno de los mineros, a casi 200 metros de profundidad. Se trataba de Giovanni Celis.
Los socorristas al ver el cuerpo sin vida, iniciaron el proceso de extracción, que duró alrededor de tres horas, pues tuvieron que hacerlo muy despacio, por la inclinación que tiene el túnel y lo profundo que estaba.
Luego de eso, ningún familiar de los mineros pudo seguir descansando, todos corrieron a la salida del túnel a esperar que sacaran el cadáver y saber de quién se trataba, además, creían que a partir de ahí seguirían trayendo las otras personas que quedaron atrapadas.
Pero según una fuente cercana a la operación de rescate, "la mina es como un sótano de aproximadamente 30 pisos, los rescatistas pudieron llegar como al séptimo y ahí es donde estaba el cuerpo del hombre, pero después del hallazgo intentaron seguir bajando y se encontraron con agua como hasta las rodillas, por lo que tienen que sacarla con motobombas, lo que sigue retrasando la operación”.
A medida de que los minutos fueron pasando, a la mina siguieron llegando socorristas y personal de otras minas cercanas para apoyar en el rescate, hacia las 10 de la mañana arribaron las unidades de la Sijín y el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) a llevar a cabo la inspección técnica y el traslado del cuerpo a Medicina Legal en Cúcuta.
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Aunque los familiares del obrero pidieron que les dejaran ver el cadáver, las autoridades decidieron que no, porque estaba en alto estado de descomposición y totalmente quemado.
El segundo hallazgo
Una vez el cadáver de Giovanni Celis fue retirado de la mina, la operación de rescate siguió normalmente, pero las horas fueron pasando y no habían noticias de más hallazgos, lo que deprimió aún más a los familiares de los mineros.
Pero hacia las 3:00 de la tarde se pudo conocer que los socorristas encontraron otro hombre, estaba a 40 metros de donde fue hallado el primero, y que también estaba quemado, muerto y en alto estado de descomposición.
La extracción tardó casi dos horas, pero cuando llegó a la entrada del túnel vieron que se trataba de Alonso Bastos Bastos. Los peritos forenses de inmediato alistaron todo para hacer el procedimiento de rigor y que de inmediato fuera traído a Medina Legal en Cúcuta.
Mientras las autoridades llevaban a cabo la inspección judicial, conocieron que había sido hallado Alexander Estupiñán,otro minero en iguales condiciones, por lo que decidieron esperar que sacaran el cuerpo para hacer su trasladó a la capital de Norte de Santander.
Al ver que ya habían podido recuperar tres cuerpos, los socorristas se llenaron aún más de ánimo y siguieron con su travesía para poder llegar al sitio donde estarían el resto de mineros.
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La coordinadora del grupo de rescate y gerenta de la Agencia Nacional de Minería, Gloria Catalina Gheorghe, a diferencia de los días anteriores, ayer no se acercó a los medios de comunicación a dar un reporte del avance que han hecho los grupos de socorro.
¿Qué quieren esconder?
El ambiente de la mina donde se presentó la tragedia, ayer estaba muy pesado y lleno de mucho hermetismo por parte de las autoridades mineras y de los encargados del lugar, pues no le permitieron el acceso a los medios de comunicación para registrar lo que estaba pasando.
Varios militares decidieron cerrar las rejas de la entrada al lugar y con sus armas al hombro señalaron que ningún periodista estaba autorizado a entrar y que por ende no podían hacer algún tipo de imágenes, aunque se buscó al alto mando que los estaba coordinando, no dio la cara.
Una funcionaria de la empresa minera también salió a las 8:30 de la mañana a decir que hubo una reunión de los socorristas y autoridades, decidiendo que solo entrarían los familiares de los mineros.
Solo hasta después de las 2:30 de la tarde, los soldados se retiraron del lugar y algunos medios pudieron llegar hasta cierto punto de la mina.