La periodista y columnista española Salud Hernández-Mora logró internarse en las selvas del Catatumbo, con el permiso de las disidencias de ‘Gentil Duarte’ que operan en esta zona, para observar de forma privilegiada el entrenamiento que reciben los guerrilleros novatos antes de enviarlos a combatir.
Según Hernández-Mora, quien publicó su reportaje en la Revista Semana, en el campamento se encontró a 50 jóvenes, adolescentes en su mayoría, que estaban siendo adoctrinados y preparados para la guerra. De hecho, quien dirige el lugar es un hombre de 39 años, llamado comandante Andrey Avendaño, quien “sin haber pasado nunca por un centro escolar, lidera uno de los frentes más tradicionales de las disidencias de alias Calarcá. Controla la citada región del Norte de Santander, conformada por 11 municipios, dominio que comparte con el ELN”.
Los entrenamientos inician a las 4:00 a.m. y la primera clase es sobre ideología guerrillera, donde el comandante intenta transmitirles orgullo por la causa de las FARC y las disidencias de ‘Gentil Duarte’.
En su discurso, el jefe guerrillero les dice a los novatos: “Primero que todo, hay que dejar las cosas claras. Cada uno de los que estamos acá hemos llegado de manera voluntaria y así nos hemos ido adaptando a los documentos de la organización, al reglamento, al programa agrario, a la cartilla militar”, cita la periodista.
El campamento, con capacidad para 200 guerrilleros, fue construido en menos de dos meses y está ubicado en zona selvática, pero es temporal, cuando termine la preparación de los nuevos guerrilleros será abandonado, porque sus enemigos, el Ejército Nacional, ELN y las disidencias de ‘Ivan Mordisco’, podrían aprovechar para atacarlos.
El comandante explicó el proceso que siguen los reclutas: “Un mes o dos meses después de ingresar a las Farc los enviamos a la escuela básica, que es este lugar, y aquí hacemos el filtro. Los entrenan como guerrilleros y después de cuatro meses salen siendo guerrilleros o no sirven para la organización”.
Después del adoctrinamiento, los ‘alumnos’ de guerra pasan a un entablado donde desayunan. Allí la periodista logró hablar con algunos reclutas. Después hacen instrucción en un método que llaman “el orden cerrado”, para que aprendan a obedecer de inmediato las órdenes.
Un novato cuenta que entró a la guerrilla a los 11 años, hacía mandados en su vereda para ganar puntos. “Tiempo después lo alistaron y asiste al curso con la esperanza de convertirse en todo un guerrillero de fusil al hombro, como su papá y dos de sus primos”. A la pregunta de si desearía una vida distinta, responde: “Seguiré en la guerrilla hasta la muerte”.
Otro menor de edad cuenta que su familia era muy pobre y, por eso, “un buen día, hastiado de penurias, decidió unirse a la guerrilla, que era la única autoridad en su pueblo”. Otros dos le contaron que de niños eran raspachines de coca y que con el dinero se compraban cerveza y pagaban a prostitutas.
En el campamento también encontró a guerrilleras jóvenes, una de ellas, con 19 años, explicó que “las Farc eran muy reconocidas en el pueblo donde yo vivía y me vine con ellas a los 15 años. Ya tengo cuatro años acá”. “La gente que de pronto dice ‘¿por qué se van a la guerrilla?, ¿por qué no se quedan en la casa?’ Es porque no tienen conocimiento de por qué es que estamos luchando”, agregó.
Por último, el comandante Andrey Avendaño describió a Hernández-Mora cómo proceden en esta organización respecto a las parejas que se forman y los embarazos.
“Si quiere tener un bebé, usted lo plantea y ahí miramos las posibilidades. Se mira cuánto tiene usted con su pareja, cómo ha sido su comportamiento, la responsabilidad, porque tenerlo es una responsabilidad. Si le dicen no, por qué razón no se puede, cómo están las circunstancias. O sí, porque son una pareja responsable. Los camaradas dan la posibilidad de pedir el permiso, ¿por qué lo van a hacer sin permiso?”, concluyó.