Cuando el espectáculo llegaba a las dos horas de duración, Roger Waters apenas había saludado al público en breves instantes, e hizo un alto en el camino de su concierto lleno de inmortales canciones y un show alucinante con una pantalla de video con más de 40 metros de alta.
El fundador y exintegrante de Pink Floyd, se tomó su buen tiempo para hablar no como artista, sino como el activista que desde hace muchos años ha sido, siempre en defensa de los derechos humanos, en contra de la guerra y la desigualdad. Esta vez, a su discurso le agregó el tema de la educación.
De un momento a otro, en aquella inmensa pantalla, apareció un gran cartel, ‘We do need more education’ (Necesitamos más educación) y al lado la firma de la Unión Nacional de Estudiantes de la Educación Superior (Unees).
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No es sorpresa que el artista británico haga ese tipo de manifestaciones, de hecho, buena parte de su repertorio cuenta una fuerte carga política, con mensajes que van desde la denuncia hasta el llamado a la resistencia, con fuertes críticas a los gobernantes, en especial contra Donald Trump, así como al presidente electo de Brasil, Bolsonaro.
En su extenso recorrido por América Latina, Waters no ha perdido la oportunidad de criticar, entrar en diálogo y apoyar a distintos grupos que luchan por sus derechos, por lo que se esperaba que en Colombia, también lanzara su voz de protesta.
Otro de los momentos claves del show que duró cerca de las dos horas y 20 minutos, más intermedio, fue cuando interpretó una de las canciones más famosas de la historia del rock, ‘Another break in the wall’, en la cual lo acompañaron un coro de niños y jóvenes bogotanos.
El colectivo Movtómico del Programa Crea de la Alcaldía de Bogotá, integrado por 20 niños y jóvenes de estratos 1, 2 y 3, entre los 9 y 23 años, liderado por la artista formadora Laura Zambrano, fue el escogido para subirse a la tarima y bailar junto a Roger Waters.
Los niños y niñas aparecieron vestidos con una especie de overol naranja, del cual se despojan más adelante para exhibir una camiseta negra que dice: ‘Resist’. Un momento de emoción pura, una alegría inolvidable para ese grupo de niños, muchos de ellos, quizás, no sabían de Roger Waters y su legado, antes de la convocatoria.