Este miércoles, 6 de noviembre, se cumplen 39 años de uno de los episodios más oscuros y dolorosos de la historia de Colombia: la toma y retoma del Palacio de Justicia, que dejó un saldo de 94 personas fallecidas, incluyendo a 11 magistrados de la Corte Suprema de Justicia, y 12 personas desaparecidas. Un evento que marcó profundamente al país, y que aún hoy sigue dejando heridas abiertas.
Fue el 6 de noviembre de 1985, cuando miembros de la guerrilla del M-19 ingresaron al Palacio de Justicia, ubicado en el centro de Bogotá, manteniendo retenidas a cerca de 350 personas entre magistrados, consejeros de Estado, servidores judiciales, empleados y visitantes del Palacio de Justicia. El Plan era llevar a cabo un juicio político, presentando una demanda armada contra el entonces presidente Belisario Betancur.
Fue llamada, Operación Antonio Nariño por los Derechos del Hombre, y pretendía denunciar la entrega de recursos naturales a compañías extranjeras, la extradición de colombianos a Estados Unidos, el incumplimiento de la tregua con este grupo y las violaciones a los derechos humanos durante dicho Gobierno.
Pero aquella demostración política, rápidamente se convirtió en una tragedia, cuando al día siguiente, el Ejército colombiano intervino para retomar el control del edificio con ocho unidades blindadas y tres helicópteros. La operación militar, que se prolongó durante casi 28 horas, resultó en la muerte de decenas de personas.
Así, en conmemoración de este doloroso hecho nacional, que aún hoy sigue generando preguntas, la Corte Suprema de Justicia, el Consejo de Estado, y otros entes gubernamentales, buscan honrar la memoria de quienes fallecieron en este día, y de lo que significó este holocausto para el país, con una serie de eventos programados para el viernes 8 de noviembre.
Será a través de la página de la Corte Suprema y su Canal de YouTube, a las 9:00 a.m., donde los colombianos podrán ver la entrega de un símbolo de memoria y una ofrenda floral, en honor a las víctimas y a la dignidad de la justicia.
Con una solemne calle de honor, integrada por servidores judiciales, los presidentes de las cortes caminarán hacia la Casa del Florero para conversar con un grupo de niños sobre la memoria, la dignidad de la justicia y la reconciliación.
El evento concluirá así con una misa en la Catedral Primada, presidida por monseñor Paolo Rudelli.