Por: Daniel Urrea Hoyos, reportero de El País
El secuestro de Luis Manuel Díaz, padre del reconocido futbolista colombiano, Luis Díaz, sin duda alguna ha causado gran conmoción a nivel nacional e internacional, pues hay quienes se atreven a decir que la guerra y la violencia en Colombia no cesan y peor aún, se están intensificando.
Sin embargo, pese a los recientes hostigamientos que se han presentado en el último año en varias regiones del país, el Gobierno Nacional, en cabeza del presidente Gustavo Petro, sigue insistiendo en lograr la tan nombrada, paz total, por lo que ha iniciado algunos diálogos, que hasta el momento, no han prosperado, especialmente con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional, ELN, responsable del secuestro del papá del futbolista.
Por esta razón, son varias las voces que se han unido en rechazo a este tipo de flagelos que ponen vilo las intenciones del jefe Estado en su búsqueda por la paz. Una de ellas, la de Iván Cepeda, senador de la República de Colombia, quien manifestó en su momento que este secuestro podría traer implicaciones tanto negativas como positivas.
Negativas, porque “es un golpe duro” para el proceso y positivas, porque esto podría generar un impacto, para que se desarrollen con mayor premura. “Es, sin lugar a dudas, un golpe para el proceso, pero al mismo tiempo creo que puede lograr que se acelere”, precisó Cepeda.
En voz de Carlos Javier Soler Parra, exsecretario de Seguridad de Cali y experto en procesos de paz, el secuestro es el delito de más alto impacto, porque es una violación a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario, por lo que asegura que el Gobierno tienen la obligación de protección y esto se convierte en una falla de seguridad en el país, lo que ha desencadenado una serie de demandas administrativas en contra del Estado.
En cuanto al tema del Luis Manuel Díaz y su figura como padre de un futbolista del Liverpool, señala que este tema mueve “demasiadas vibras” por lo que este secuestro fue premeditado por parte del ELN, grupo insurgente al que calificó de pragmático, pues por más de 28 años han tratado de negociar con distintos gobiernos, nombran voceros, liberan presos y aun así no prosperan.
“No solo es el secuestro del padre de Luis Díaz, son muchos otros flagelos que no se deben permitir. El país está reaccionando muy fuerte en contra del proceso, por lo que hay que darle un giro, recomponiendo y actuando rápido, para que no se nos vaya el tiempo negociando, mientras el ELN gana y el Estado pierde todo, incluso la capacidad operativa”, apunta el experto.
Asimismo, señala, que este proceso es el camino corrector para dar fin al conflicto y es lo que han anhelado los colombianos por muchos años.
“Nadie quiere prolongar la guerra, por el contrario, queremos construir una paz, pero una paz de cara a la población, de cara a las instituciones y una paz transparente donde todas las personas puedan opinar, sobre todo, los que están en las regiones con un fusil en la nuca”, añade Soler.
Por su parte, Steven Osorio Valencia, profesional en Gobierno y Relaciones Internacionales, con experiencia en temas de formación ciudadana, subraya que la ‘Paz Total’ es la bandera del presidente Petro, por lo que este secuestro tiene un efecto negativo en todo el proceso, pues afecta la credibilidad y la confianza, de las partes, la población civil y las negociaciones como tal.
“Otro de los efectos del secuestro, es que pone en duda la voluntad de paz, por la incoherencia de parte del ELN en expresar que en las negociaciones respetan el Derecho Internacional Humanitario, cuando mantienen el secuestro extorsivo que viola derechos humanos, leyes nacionales y al mismo DIH, como estrategia para presionar en las negociaciones. No es la primera vez que lo hacen, pues es fuente de financiamiento del grupo subversivo”, asevera Osorio.
De acuerdo con el profesional, esta problemática podría generar distintas cuestiones, en los países garantes, acompañantes, y de las misiones de verificación en las diferentes negociaciones que adelante el Gobierno Nacional, para evitar el secuestro y/o facilitar la liberación de las víctimas de este delito.
“Un secuestro genera en la familia de la víctima directa, algo que se le conoce como la “muerte suspendida”, en la que sus más cercanos experimentan en vida la ausencia física de su ser amado sin recibir por largo tiempo las razones de esa privación ilegal de la libertad o pruebas de supervivencia; lo que conlleva, incluso, a efectos psicológicos profundos, tanto del secuestrado como en sus seres queridos”, apunta Steven Osorio.
Posibles soluciones
Según Soler, este tipo hostigamientos deben ser controlados de manera inmediata por el gobierno y la fuerza púbica, por lo que propone algunas estrategias para combatir estas problemáticas.
“Lo que debería de hacer gobierno para evitar este tema, primero es reforzar los gaulas militares y policiales y segundo, mejorar el convenio y las relaciones con la Fiscalía General de la Nación para que los gaulas tengan sus investigadores completos. En tercer lugar, que cada gaula policial y militar tengan su fiscal de apoyo para judicializar”, apunta el experto en seguridad.
Asimismo, menciona un cuarto punto, que consiste en dotar a los gaulas de tecnología de punta, tanto en las capacidades de interceptación como las capacidades cibernéticas como las capacidades operativas y quinto duplicar la capacidad de gaulas hay departamentos donde hay cantidad de secuestros y no tienen este sistema de protección.
Por su parte, Steven menciona que es fundamental que en todo tipo de proceso o estrategia se respeten los derechos humanos de las personas y se prevenga su vulneración. Además, acota que es necesario que tanto la fuerza pública como el Estado haga presencia en sitios donde es casi nula la figura de autoridad y defensa.
Por otro lado, acatar las experiencias y sugerencias valiosas que contiene el Informe Final de la Comisión de la Verdad para que no se repita, aunque al ELN no le guste que se le compare ni con las FARC-EP ni con el Acuerdo de Paz de 2016.