La violencia y la inseguridad en Colombia no dan tregua. Así lo demuestra el balance anual presentado por el ministerio de Defensa, en cabeza de Iván Velásquez, que ha generado algunas preocupaciones en diversos sectores políticos y sociales del país. Lo que más inquieta: el aumento de los secuestros.
De acuerdo con el documento en lo corrido de este año (con cifras registradas de enero a agosto), este flagelo ha aumentado en un 91 % en comparación al primer año del expresidente Iván Duque. Lo que significa que, hasta esa fecha, se contabilizó el secuestro de 218 personas.
En eso coincide el presidente de la República, Gustavo Petro, quien desde siempre se ha mostrado a favor de los diálogos de paz, con las estructuras armadas ilegales que operan en el país. Sin embargo, según el informe, no solo los secuestros experimentaron un incremento, pues los robos llegaron al 24,6 % y los casos de extorsión llegaron al 100 %.
Por lo anterior, en redes sociales los usuarios no dudaron en reaccionar ante este documento. Uno de ellos fue el abogado Daniel Briceño, quien además de publicar el gráfico que avala estas cifras, se atrevió a decir estas cifras no se veían desde el gobierno de Juan Manuel Santos.
“Así está la grave situación del secuestro en Colombia. Los casos han aumentado en 91 % entre enero y agosto de 2023. Estamos regresando a cifras que no se veían desde el gobierno de Santos en 2014. 218 personas han sido secuestradas en Colombia este año”, escribió Briceño.
La tregua de paz que busca el gobierno colombiano
El gobierno de Colombia y los miembros del principal grupo de disidentes de las FARC comenzarán diálogos de paz y un cese al fuego el 8 de octubre, anunciaron este ambas partes tras varios meses de desencuentros. Rodeados de cultivos de hoja de coca, base de la fabricación cocaína, los representantes del presidente Gustavo Petro y los rebeldes del Estado Mayor Central (EMC) se reunieron en Suárez, un municipio del departamento del Cauca (suroeste).
De acuerdo con un comunicado conjunto, la mesa de negociaciones será instalada en Tibú (este), en la frontera con Venezuela. Ese mismo día entrará en vigor una tregua de 10 meses. Por iniciativa de Petro, el gobierno pretende dar una segunda oportunidad de dejar las armas al EMC, conformado por guerrilleros que se negaron a acogerse al acuerdo de paz de 2016 bajo el mando de su comandante Iván Mordisco.
Alias Andrey Avendaño, el vocero de la disidencia y su jefe negociador, se convenció en una rueda de prensa de que es el “momento oportuno para que Colombia transite por un escenario de paz”. El cabecilla guerrillero de larga cabellera apareció junto al líder de los negociadores del gobierno, el académico Camilo González Posso, y de Danilo Rueda, el consejero presidencial de paz.
“Hoy tenemos muchos retos frente al país, es enfrentar el escepticismo que existe en nuestra sociedad frente a este proceso de paz y por eso debemos mostrar con mayor claridad los hechos y la coherencia de lo que escribimos en el papel”, recalcó Rueda.
El histórico pacto de 2016 negociado en Cuba permitió que unos 7000 combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se reincorporaran a la vida civil, pero Iván Mordisco no quiso seguir el mismo camino.
Desde entonces, el EMC se fortaleció y aumentó su presencia en territorios ante la ausencia del Estado en regiones que antes ocupaban las FARC. Continuaron viviendo de las rentas del narcotráfico, extrayendo minerales de forma ilegal y atentando contra la fuerza pública. El Estado Mayor Central tenía unos 3.500 miembros a finales de 2022, de acuerdo con datos oficiales.