La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) manifestó este lunes su condena frente a la irrupción de un grupo de indígenas a la sede de la revista Semana, que se registró el pasado viernes en el norte de Bogotá.

El incidente dejó un herido y daños materiales. La organización consideró que “este ataque contra la libertad de prensa no puede quedar en la impunidad”, pidiendo a las autoridades aplicar la ley con severidad.

Michael Greenspon, presidente de la SIP y director global de Licencias e Innovación de Impresión de The New York Times, manifestó “este acto de vandalismo es un ataque contra la libertad de prensa” y que “ni los instigadores ni los violentos deben quedar en la impunidad”.

La intención de la minga indígena era encarar a los periodistas y hacer uso de las instalaciones para enviar mensajes de odio contra la prensa y a favor del Gobierno nacional. Rompieron uno de los vidrios y lesionaron a uno de los guardias de seguridad. | Foto: GUILLERMO TORRES

La SIP es una organización sin fines de lucro dedicada a defender y promover la libertad de prensa y expresión en las Américas. Está integrada por más de 1.300 publicaciones del hemisferio occidental.

El ataque

De acuerdo con los periodistas de Semana, decenas de indígenas ingresaron sobre el mediodía del pasado viernes a la fuerza a las instalaciones ubicadas sobre la carrera 11, a la altura de la Calle 77, rompieron el vidrio de la entrada y agredieron a uno de los vigilantes.

Los indígenas hacen parte de los que viajaron hasta la capital del país para participar de la marcha convocada por el presidente Gustavo Petro que se llevó a cabo el pasado miércoles.

De acuerdo con los periodistas de Semana, decenas de indígenas ingresaron sobre el mediodía del pasado viernes a la fuerza a las instalaciones ubicadas sobre la carrera 11, a la altura de la Calle 77, rompieron el vidrio de la entrada y agredieron a uno de los vigilantes. | Foto: Guillermo Torres Reina
De acuerdo con los periodistas de Semana, decenas de indígenas ingresaron sobre el mediodía del pasado viernes a la fuerza a las instalaciones ubicadas sobre la carrera 11, a la altura de la Calle 77, rompieron el vidrio de la entrada y agredieron a uno de los vigilantes. | Foto: Guillermo Torres Reina

La toma duró aproximadamente una hora y durante este tiempo, las personas que trabajan en el primer piso del edificio se sintieron amedrentadas y atemorizadas. Vale la pena aclarar que en la edificación, además de los empleados de Semana, trabajan también empleados de otras compañías que tienen sede en el lugar.

Minutos después, la Fiscalía General de la Nación informó que integrantes del Cuerpo Técnico de Investigación se dirigieron a las instalaciones del medio “para investigar la irrupción de un grupo de personas que, al parecer, ingresó a la sede de manera violenta”.

“La Fiscalía General de la Nación se desplaza a las instalaciones de la Revista Semana, en Bogotá, para investigar la irrupción de un grupo de personas que, al parecer, ingresó a la sede de manera violenta. El Cuerpo Técnico de Investigación CTI adelantará las investigaciones del caso para determinar los posibles hechos de vandalismo y hacer la respectiva judicialización”, indicó el ente acusador en su cuenta de X (Twitter).

La directora de Semana, Vicky Dávila, también manifestó su rechazo ante lo sucedido y aseguró que la redacción del medio de comunicación seguirá trabajando y no será silenciada.

“El ataque contra Semana por parte de indígenas que entraron rompiendo todo es producto de la violencia a la que ha sido sometida esta casa periodística durante todo este tiempo. Además, los calificativos del presidente Gustavo Petro y algunos miembros de su Gobierno contra la prensa han sido irresponsables y muy peligrosos y sin duda han encendido una chispa contra los periodistas que puede tener desenlaces fatales”.

Y advirtió que “lo de hoy es una alerta para todos los medios y para la sociedad. Aquí está en peligro la libertad de prensa. Aquí está en riesgo la democracia. Hago un llamado a la comunidad internacional para que observe lo que sucede en nuestro país con el hostigamiento permanente a los periodistas y medios de comunicación y cómo desde el poder central ese hostigamiento se promueve en cabeza del presidente”.

Para finalizar, dijo que “esta redacción seguirá trabajando y cumpliendo con su deber de informar a los colombianos con la verdad. No nos van a callar”.