La sequía extrema en la Amazonía afecta a más de 420.000 niños, principalmente de comunidades indígenas en Brasil, Perú y Colombia que dependen de las vías fluviales para acceder a comida, medicinas e ir a la escuela, advirtió este miércoles, 6 de noviembre de 2024, la Unicef.

Al no contar con canales de comunicación y transporte fluvial, los alimentos, las medicinas y otros víveres se ven obstaculizados, afectando a la población. | Foto: AFP or licensors

“Asistimos a la devastación de un ecosistema esencial del que dependen familias, dejando a muchos niños sin acceso adecuado a comida, agua, atención médica y escuelas”, afirmó la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell, en un comunicado.

Una sequía extrema, ligada según expertos al cambio climático, ha golpeado la mayor selva tropical del mundo, que se extiende por nueve países, especialmente Brasil, con cerca de 60% del territorio, seguido de Perú, Bolivia y Colombia.

Así se ve el río Amazonas por una drástica baja de sus niveles de agua, debido a las altas temperaturas.

En consecuencia, importantes afluentes del Amazonas, uno de los más largos y caudalosos del mundo, se han prácticamente secado, con efectos devastadores, sobre todo para comunidades indígenas en zonas remotas.

“En esa zona los ríos son como la carretera, la gente se mueve exclusivamente por esos pequeños afluentes”, dijo Antonio Marro, gerente de emergencias de Unicef para América Latina.

Debido a la fuerte sequía, “no pueden moverse, no pueden ir al centro de salud, no pueden ir a la escuela”, y sin agua para la pesca o la agricultura “se bloquea la economía” local, añadió.

Se ha reportado un aumento de casos de dengue, malaria y desnutrición crónica entre niños pequeños. Según Marro, los gobiernos en la región activaron planes de emergencia, pero la vastedad del territorio y los centenares de comunidades remotas afectadas dificultan las tareas.

La agencia de la ONU para la infancia estima que se necesitan 10 millones de dólares en donaciones en los próximos meses para atender la emergencia, según el comunicado, difundido antes de que se celebre la semana próxima la conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático (COP29) en Bakú, Azerbaiyán.

Los bajos niveles de los afluentes, cuando no están completamente secos, impiden movilizarse a las poblaciones más remotas. | Foto: El País

Solo en la región amazónica de Brasil, más de 1.700 escuelas y más de 760 centros de salud debieron cerrar sus puertas o quedaron inaccesibles. En Perú, quedaron afectados más de 50 puestos de salud en el departamento de Loreto (noreste), el más perjudicado por la sequía, mientras que se suspendieron las aulas en 130 escuelas de la Amazonía colombiana.

Según la Unicef, en Colombia la emergencia tiene también consecuencias para la seguridad de los menores de edad en esas zonas aisladas. “Esto ha aumentado los riesgos de reclutamiento, uso y explotación de niños por grupos armados no estatales” que operan en ese país, apuntó la agencia.

Con información de Afp.