La astucia colombiana no deja de sorprender, cada vez las personas de este país buscan la manera de sustentarse con los conocimientos que tienen como es el caso de la familia López Gómez, residente en el barrio San Rafael de Bogotá, quienes en una casa -común y no campestre de la capital- conviven con 29 vacas.
Y aunque llevan más de cuatro décadas criando estos animales y dependiendo económicamente de la venta de sus bovinos, parece que las condiciones de esta familia que aún guarda sus raíces campesinas, deberán cambiar, pues hace poco recibieron una visita sorpresa de policías, funcionarios municipales y veterinarios, quienes alegan condiciones desfavorables para los animales.
A pesar de la intervención, la familia rechaza las acusaciones de maltrato, insistiendo en que sus animales reciben atención veterinaria adecuada y cuidados constantes. Por su parte, Hugo López, uno de los integrantes de la familia, asegura que el operativo tuvo un procedimiento irregular, que además las autoridades maltrataron a sus reces, “la amarraron mal y las empujaron”.
Para Domingo López, dueño de la casa, estas vacas no son simplemente ganado, sino que son parte de su familia. Desde que llegó a Bogotá hace más de cuatro décadas, ha dedicado su vida a la ganadería, construyendo su hogar y criando a sus hijos entre animales. La situación actual, sin embargo, pone en riesgo no solo su modo de vida, sino también su sustento.
Además, la familia asegura que el llamado a la policía y las denuncias de por posible maltrato son una venganza de parte de un vecino, a quien ellos no quisieron venderle una de sus reces, porque no consideraban oportuno venderla.
Aparentemente, este el único vecino con el que la familia tiene diferencias, pues según algunos vecinos que hablaron con los medios de la capital, “ellos son buenas personas, nunca se meten con nadie y sus vacas no nos molestan”.