Los superiores de los siete soldados regulares del Ejército que aceptaron abusar de una niña indígena de la comunidad Embera, en Risaralda, fueron retirados de la institución por falta de mando y control de sus subalternos.
Así lo señaló el comandante del Ejército, general Eduardo Zapateiro, sobre el relevo del comandante del Batallón San Mateo de Pereira, Risaralda, coronel Wilson Caicedo, y el sargento viceprimero Juan Carlos Díaz.
Zapateiro argumentó que si bien reconoce que los oficiales no participaron en el hecho “sí tenían responsabilidad de los militares”.
“Quiero informar que era su obligación moral y ética era informar que conocía de un delito. La responsabilidad es mayor porque era comandante. El mando y control significa que por su cargo debe estar a cargo de las operaciones, él debe controlar y liderar los hombres puestos bajo su mando”, argumentó el general.
El comandante recordó que ha dado órdenes claras sobre los hechos conocidos últimamente en el interior de las fuerzas militares. "Respecto a los vinculados en el proceso aplicaré las facultades legales", dijo.
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“El deber de denuncia está consagrado en nuestra Constitución Política e impone el obrar conforme al principio de solidaridad y de colaboración con la administración de justicia, consistente en notificar a las autoridades cualquier hecho delictivo del que se tenga conocimiento”, aseguró.
El 21 de junio se conoció que una niña, de 12 años, de la comunidad Embera, fue abusada por soldados regulares del Ejército, quienes aceptaron la violación.
Por estos hechos la Fiscalía les sindicó el delito de acceso carnal abusivo, a uno de ellos como cómplice y a seis como coautores.
Además de ello, la entidad adelanta labores de investigación en las que no se descartan que lleven ante los estrados judiciales a más personas.