Este jueves se conoció que el Tribunal Superior de Bogotá condenó a los coroneles en retiro Jerson Jair Castellanos Soto y Wilmer Torres Orjuela por su participación en el escándalo conocido como la ‘Comunidad del anillo’, en el que se creó una red de prostitución al interior de la Policía Nacional.
En el fallo de segunda instancia, los magistrados confirmaron la sentencia a 10 años y medio de cárcel que había proferido en el 2023 el Juzgado 41 de Conocimiento de Bogotá por el delito de constreñimiento a la prostitución.
Un documento de 105 páginas que emitió el Tribunal Superior de Bogotá indicó que entre los años 2005 y 2006 tanto Castellanos como Torres obligaron a prostituirse a alféreces de la Escuela de Cadetes General Santander de la Policía.
“Se probó que los acusados, en uso de la superioridad jerárquica sobre las víctimas, las constriñeron para salir de la Escuela e ir a sitios, en un contexto sexual, a cambio de dinero o dádivas. El elemento de coacción de mando para salir y acompañar a Castellanos fue ejercido por Torres. De Castellanos recibían ofertas de dinero o dádivas a cambio de tener sexo con él”, aseguraron los magistrados en la sentencia.
Asimismo, los togados lograron documentar que “Torres constriñó a las víctimas, obligándolas a contestar las llamadas y a ir a las salidas con Castellanos, y de manera directa, a (una persona cuyo nombre se protege) le pidió que accediera a tener sexo con Castellanos y de forma burlesca le dijo que pusiera la foto de una mujer en la pared (...) El bien de la libertad e integridad sexual se afectó porque por los constreñimientos de Torres, en las que siempre recalcó el poder de Castellanos, generó en las víctimas una presión indebida, infundiendo temor en relación con su carrera policial futura”.
Y concluyeron en el fallo afirmando que “el actuar de los procesados, de acuerdo con lo expuesto, es típico, antijurídico y culpable, en relación con el delito atribuido. Comprometieron, sin justa causa, los bienes jurídicamente protegidos, quedando probado que actuaron con conocimiento y voluntad de ejecutar el delito, lo que evidencia una tipicidad subjetiva dolosa, con conciencia de su antijuridicidad”.
Cabe recordar que entre el 2005 y 2006 el coronel Jerson Jairo Castellanos Soto, quien en ese entonces era el jefe de seguridad en el Congreso de la República, asistía frecuentemente a la Escuela de Cadetes General Santander de la Policía con el fin de contactar jóvenes alféreces y ganarse su confianza.
Luego de darles regalos e invitarlos a salir, el oficial los inducía a cometer actividades sexuales. Por estos hechos, cinco alféreces lo denunciaron ante la Fiscalía General de la Nación junto al también mayor Wilmer Torres, quien se desempeñaba como jefe de sección de la Escuela General Santander.
En dicha denuncia de los uniformados se indicaba que el mayor Torres fue cómplice de las aberraciones del coronel Castellanos Soto, ya que facilitaba la salida de las instalaciones de los jóvenes de la Escuela para que acudieran a los encuentros sexuales promovidos por el oficial de alto mando.