Solo un guarda de seguridad protege el edificio administrativo de la Universidad Nacional que fue tomado por encapuchados el pasado lunes, 8 de abril. Según las denuncias de la rectoría, estos hombres dañaron torniquetes, rompieron algunas puertas, vidrios y dispensadores de alimentos.
Además de la rectoría y áreas administrativas, en el edificio Uriel Gutiérrez de la Universidad Nacional, funciona la oficina de control de la Institución, desde donde se monitorean los sistemas de cámaras y el sistema eléctrico del campus.
En ese lugar, un guarda de seguridad se encerró desde el pasado lunes, según él, para proteger la estructura de los encapuchados que quieren quemarla. “Los muchachos vinieron, golpearon la puerta, dijeron que iban a quemar este centro de control, que esto no le servía a la universidad y no querían ser controlados por ningún ente”, aseguró el vigilante de la Universidad Nacional en diálogo con Noticias Caracol.
Aunque completa cuatro días encerrado, el guarda que lleva décadas trabajando en este lugar asegura que no saldrá si no se garantiza la seguridad. “Yo estoy aquí prácticamente en contra de mi voluntad, pero estoy con el compromiso que me da llevar 34 años de servicio en la Universidad Nacional”, manifestó.
“Los muchachos quieren que yo me salga de acá para poder vandalizar el centro de control. La verdad es bastante estresante estar aquí privado de la libertad y no salgo porque sé que van a quemar el edificio, van a quemar todos los equipos. No salgo porque temo por mi integridad física”, añadió.
Desde las cámaras de monitoreo del edificio administrativo, ha sido testigo de los daños, atracos y desmanes que han protagonizado los encapuchados. “Lo vandalizaron, dañaron los equipos de seguridad, atracaron a los vigilantes y se robaron un radio de comunicaciones. Lo más absurdo es un encapuchado con puñal en mano sobre una mujer para quitarle el radio de comunicaciones, eso es inaceptable”, contó el guarda.
Esta toma violenta está generando graves estragos para el funcionamiento de la universidad. Por esa razón, 604 docentes presentaron una carta en la que pidieron que se respete la autonomía universitaria por la elección del nuevo rector José Ismael Peña.
Después de la toma, la Vicerrectoría de Sede, decanos y el equipo directivo de la Universidad Nacional sede Bogotá, emitieron un comunicado oficial, en el que expresaron su rechazo a la toma violenta del edificio Uriel Gutiérrez por un grupo de encapuchados.
El incidente, que ocurrió a las 4:30 p.m. del lunes, provocó la evacuación de los servidores públicos que realizaban sus labores en el lugar. “Rechazamos enfáticamente esta inaceptable acción que contradice el espíritu universitario, promotor de la libre expresión de ideas en ambientes académicos de respeto por la diferencia”, resaltaron en el comunicado.
”Las críticas al interior de la Universidad son siempre bienvenidas cuando se fundamentan en el diálogo y el respeto”, agregaron. Los líderes de esta toma son señalados como responsables del daño al patrimonio de la institución y del impacto negativo en las actividades académicas y administrativas.