James Hugh Farrell, es el nombre del exmilitar de 43 años que fue hallado muerto en un apartamento en Pereira, Risaralda, luego de que sus vecinos alertaran a las autoridades sobre un extraño y desagradable olor que provenía de su residencia en el edificio Pinares de Aragón. Al entrar, miembros de la Sijín encontraron al hombre sin signos vitales, y sin señales de haber sido violentado, con su mascota al lado.

El exmilitar vivía ahí desde hace cinco años y según dicen sus vecinos era un hombre muy solitario de quien no se conocían amigos, pareja o familia, solo se le veía a él y a su pequeña perrita raza Yorkie llamada Gigi, con quien paseaba cerca del edificio.

Su incondicional amiga, Gigi, acompañó a James hasta el último momento que tuvo en el apartamento, ya que fue encontrada junto a su cadaver estando muy sucia y tras varios días sin comer. El propietario del lugar se quedó con ella, la alimentó, la bañó y le compró lo que la perrita necesitaba para estar cómoda.

El exmilitar perteneció a los paracaidistas de rescate de élite de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. | Foto: South Korea Defense Ministry

Laura Schwalbe, hermana del exmilitar viajó desde Estados Unidos con su esposo para repatriar los restos de su hermano a quien describió como un hijo, un hermano y un tío maravilloso, quien se unió desde muy jóven a los paracaidistas de rescate de élite de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.

En diálogo con El Tiempo, la mujer contó que su hermano prestó servicio durante 10 años en Irak y Afganistan. “Era un hombre increíblemente fuerte, corría 10 millas y nadaba durante horas, pero ahora su cuerpo se convirtió en un caparazón de lo que era antes”, dijo y agregó que la noticia de su muerte le impactó demasiado.

“Él amaba al pueblo colombiano y pensaba que era amable y generoso. También amaba la comida y su forma de vida. Nos alegró saber que compró un perro, algo que cuidar y que podría aliviar un poco su soledad. Amaba a su perro y estaba orgulloso de las comidas que cocinaba y servía a su mascota. El nombre del perro es Gigi. También se enorgullecía de cultivar plantas de interior”, indicó al medio de comunicación mencionado.

La perrita de James, llamada Gigi, es de raza Yorkie.

Además, reveló que el dueño del apartamento en el que vivía James les pidió 12.000 dólares estadounidenses (unos 52 millones de pesos) para limpiar el lugar y se negó a entregarle a Laura a Gigi, quien le insistió en que se la devolviera.

“Me entristece y, francamente, me horroriza que esta persona, el propietario, haya hecho algo tan cruel con una familia afligida. Él dijo que mi hermano pagaba el alquiler a tiempo, que era un buen inquilino y que nunca causaba problemas”, añadió.