En el periodo de un año, la expansión de carreteras ilegales en la Amazonía colombiana ha causado la deforestación de más de 900 hectáreas, en el resguardo Llanos de Yarí-Yaguará 2 y el Parque Nacional Chiribiquete, en los departamentos de Guaviare y Caquetá.
Este espacio de bosque deforestado equivale a un cuarto del área continental de las islas de San Andrés y Providencia, en el mar Caribe del país.
Esta pérdida ambiental se dio a conocer en un reciente reporte elaborado por expertos del Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP, por sus siglas en inglés) y de la organización ambiental Fundación para la Conservación y el Desarrollo Colombia (FCDS), del que hace eco el portal de periodismo ambiental independiente en Latinoamérica, Mongabay.
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Los expertos citados en el reportaje señalan que la deforestación está relacionada con la ganadería, el acaparamiento de tierras y, en menor medida, con la siembra de cultivos ilícitos de coca.
Paralelamente, un nuevo reporte de la Sociedad Zoológica de Frankfurt, enviado a Mongabay Latam, muestra un escenario más crítico, pues sus mediciones enfocadas alrededor del Chiribiquete y al norte del resguardo superan las 1.500 hectáreas deforestadas desde septiembre de 2023 hasta abril de 2024.
Ambos reportes establecen que la mayor amenaza se presenta en el resguardo indígena Llanos del Yarí-Yaguará 2, en donde desde febrero de 2023 una carretera ilegal de más de 14 kilómetros se ha abierto paso. La expansión vial en la zona ya ha dejado 856 hectáreas de deforestación, de las cuales 394 están dentro del resguardo.
En el caso del Parque Nacional Chiribiquete, (Guaviare), el reporte de MAAP y FCDS revela que la vía ilegal La Tunia-Ajaju, ubicada en los departamentos de Caquetá y Guaviare, ha dejado al menos 64 hectáreas de deforestación al noroeste del área protegida.
Adicionalmente, señala el reportaje, entre febrero de 2023 y el 27 de abril de 2024, hubo 147.725 alertas de deforestación en Chiribiquete y 441.634 alertas de deforestación en el resguardo Llanos del Yarí Yaguará 2, según datos de la plataforma de monitoreo forestal satelital Global Forest Watch.
Según le dijo la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Colombia (FCDS) al medio de comunicación, al menos tres trochas (vías) han ingresado al Parque Nacional Chiribiquete: Cachicamo – La Tunia, La Tunia – Camuya y al sur de las sabanas del Yarí. Agregan que en el resguardo Llanos del Yarí-Yaguará 2 también hay “una red vial”.
El concepto de Parque Nacional se asocia a un área geográfica, que puede ser tanto terrestre como acuática, que, debido a su particular riqueza de flora y fauna, se protege de manera especial para mejorar su conservación.
Esta protección hace referencia a ciertas limitaciones, como que no se pueda edificar en estas zonas, así como que no se puedan desarrollar actividades que serían perjudiciales para el medioambiente.
Junto con las vías ilegales que avanzan sin freno al interior del Parque Chiribiquete, también están las que se aproximan a los límites del área protegida. La organización ambiental y de investigación Sociedad Zoológica de Frankfurt señaló que hay al menos tres vías en los alrededores de Chiribiquete en el lado noroeste.
Otra de las vías proviene de San Vicente del Caguán en Caquetá y “tiene al menos 17 kilómetros de extensión”. La organización agrega que las vías son ilegales debido a que “están localizadas en zonas de reserva forestal de Ley 2da y no cuentan con licencia de construcción”. También al estar en resguardos indígenas y áreas protegidas, están prohibidas “desde el ámbito jurídico y ambiental”.
Según el reporte de MAAP en alianza con FCDS y el análisis de la Sociedad Zoológica de Frankfurt, el principal factor de deforestación en las vías que irrumpen en el resguardo Llanos del Yarí-Yaguará 2 y en el Parque Chiribiquete tienen como fin la ganadería extensiva, el acaparamiento de tierras y la producción de coca.
“Los cultivos de coca están ubicados en lugares más remotos, en medio de la selva, no tan cerca de las vías. En estos casos se observa principalmente deforestación de ganadería y acaparamiento de tierras (en ambos márgenes de la trocha)”, dice Matt Finer, especialista senior en investigación y director de MAAP.
Según la investigación, las comunidades que han intentado poner resistencia a la deforestación, han sido amenazadas y los líderes y lideresas del resguardo Llanos del Yarí-Yaguará 2 tuvieron que desplazarse forzosamente en 2021 de la zona. Mongabay cita a la Sociedad Zoológica de Frankfurt que señala que así “como han documentado las alertas de la Defensoría del Pueblo, las iniciativas ambientales se dificultan en la Amazonía por la falta de la presencia institucional y estatal en la región, atribuida al accionar de grupos al margen de la ley”.
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