Desde principios de 2024 se han registrado más de 8.000 casos del virus Oropouche en cinco países, Brasil, Bolivia, Perú, Cuba y Colombia. Este último tiene encendidas las alarmas, porque según han confirmado las autoridades sanitarias, se han registrado al menos 74 casos confirmados, siendo Brasil, con 7.284 pacientes, el país con más registro de este virus y que suma tres muertos.

“Una alerta epidemiológica que llama a reforzar la vigilancia e implementar el diagnóstico de laboratorio del virus oropouche, en respuesta al reciente aumento y la expansión de la enfermedad a nuevas áreas, así como al reporte de las primeras muertes asociadas con la infección y los posibles casos de trasmisión vertical del virus y sus consecuencias”, indicó la Organización Panamericana de la Salud, OPS.

Tras la picadura, la infección se resuelve en un lapso de 2 a 3 semanas. En casos excepcionales, el OROV puede provocar incluso meningitis o encefalitis. | Foto: El País

Este virus causa síntomas similares a los del dengue: fiebre, dolor muscular, rigidez en las articulaciones, dolor de cabeza, vómitos, náuseas, escalofríos o sensibilidad a la luz.

Las formas graves pueden provocar complicaciones potencialmente mortales, como meningitis. No hay tratamientos específicos ni vacunas.

En las regiones afectadas, la mejor protección es evitar las picaduras de jejenes y mosquitos, cubriéndose las piernas y los brazos, utilizando repelentes y mosquiteros de malla fina, según la OPS.

Los síntomas del virus Oropouche son similares a los del Dengue. | Foto: Getty Images

Comparada con otros arbovirus de su familia, como el dengue y el chikunguña, la fiebre de Oropouche no fue muy estudiada y quedan muchas incógnitas al respecto, empezando por el número exacto de casos constatados.

Además, es difícil de distinguirla del dengue y se desconoce entre otras cosas el ciclo de transmisión entre animales y humanos o los factores de complicación.

Los expertos también han alertado en los últimos años sobre el impacto del calentamiento global, que aumenta la presencia de mosquitos en muchas regiones del mundo y así crece el riesgo de propagación de enfermedades como el dengue y la fiebre de Oropouche.