Los cruentos ataques presentados entre el grupo guerrillero del ELN y las disidencias de las Farc registran cada día más víctimas mortales y una grave crisis humanitaria en la región. El reporte más reciente dado a conocer por la Defensoría del Pueblo da cuenta que alrededor de 60 personas han muerto de manera violenta en Convención, Ábrego, Teorama, El Tarra, Hacarí y Tibú.
Entre las personas asesinadas se encuentran 7 firmantes de paz y el líder Carmelo Guerrero de la Asociación por la Unidad Campesina del Catatumbo.
La violencia también está generando una preocupante crisis humanitaria, puesto que se reportan secuestros, desplazamientos y una parálisis completa de la región a causa de estos grupos guerrilleros.
Muchas personas, entre ellas firmantes de paz, líderes sociales y sus familiares, e inclusive niños y niñas, enfrentan un riesgo especial de ser secuestradas o asesinadas debido a los señalamientos del ELN.
Advirtió la Defensoría que muchas personas, entre ellas firmantes de paz, líderes sociales y sus familiares, e inclusive niños y niñas, enfrentan un riesgo especial de ser secuestradas o asesinadas debido a los señalamientos del ELN, sumado al terror de muchas de ellas siguen sin que hayan podido ser rescatadas y están huyendo y refugiándose en las montañas.
Señalan que la Asociación de Comunidades y Caciques del Pueblo Yukpa de Norte de Santander reporta riesgo de desplazamiento o desplazamientos en las comunidades de más de 630 personas desde diferentes zonas.
Solo a Cúcuta llegaron más de 400, a Ocaña han llegado cerca de 850 familias, en Tibú se reporta la llegada de 2.500 personas y muchas otras se fueron a territorio venezolano.
Otra problemática tiene que ver con el secuestro de personas por parte de estos grupos armados, donde la entidad reporta el secuestro de 3 firmantes de paz en Convención y Teorama. Además, se registran 20 personas que fueron secuestradas, 10 de ellas mujeres. De estas, 17 seguirían secuestradas.
Otra de las consecuencias de la crisis humanitaria es la suspensión de las actividades económicas y de subsistencia, así como las actividades educativas. Se empieza a reportar escasez de alimentos que afecta, inclusive, a las comunidades indígenas a los niños, niñas, adolescentes, mujeres gestantes y personas con discapacidad que están sufriendo las consecuencias de estos hechos.
*Con información de Colprensa.