El ministro de Defensa, Guillermo Botero, respondió en la noche de este domingo a las críticas recibidas por sus declaraciones en el caso de Dimar Torres, excombatiente de las Farc asesinado por un miembro del Ejército en Convención, Norte de Santander.
El Ministro negó inicialmente que el caso se tratara de un asesinato y lo atribuyó a un hecho accidental, lo que le representó fuertes cuestionamientos de distintos sectores. Algunos incluso pidieron su dimisión.
"Yo no tengo porqué renunciar, yo no estoy involucrado en ningún hecho y he manejado todos los asuntos con total y absoluta transparencia", dijo Botero en una rueda de prensa conjunta con el fiscal Néstor Humberto Martínez.
El Ministro reconoció que la información entregada inicialmente era errónea, y aclaró que la investigación de la Fiscalía confirmó que se trató de un asesinato.
Botero reiteró que no se encuentra "incurso en ninguna investigación", ni ha obrado "contrario a la ley", ya que la primera versión él entregó "era la versión formal en ese momento y fue la versión que dio el cabo Gómez tanto a la Fiscalía como a sus superiores".
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Sobre el crimen perpetrado por un militar, Botero afirmó que los integrantes de la Fuerza Pública "tienen que ser personas impecables en su comportamiento, en su actitud y en el respeto a la Ley y los Derechos Humanos", por lo que consideró necesaria una investigación disciplinaria.
"El Ejército continuará, de ser necesario, con las investigaciones de carácter disciplinario, operacional y las que se consideren pertinentes por el caso de la muerte de Dimas Torres", agregó el Ministro.
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Torres fue asesinado el 22 de abril en la aldea Campo Alegre, del municipio de Convención, que hace parte del departamento de Norte de Santander.
Según la versión inicial de Botero, un cabo del Ejército se encontró con el exguerrillero Torres en zona rural de Convención, y este le habría intentado quitar el fusil, por lo que hubo "un forcejeo", y el arma se disparó.
"En la refriega se disparó el fusil, esta persona quedó herida y posteriormente falleció", explicó Botero a periodistas el pasado 24 de abril.
Esa versión fue cuestionada desde un principio por lugareños y por miembros del partido Farc, quienes aseguraron que se trataba de un homicidio.
Luego, este sábado, se conoció un video en el que se ve el cadáver de Torres Arévalo con lesiones en sus genitales, que serían, al parecer, producto de una tortura, posiblemente de una castración. Lo que hace pensar que su muerte no fue accidental.
Al tiempo, se conocieron unas declaraciones en video del comandante de la Fuerza de Tarea Vulcano, general Luis Villegas Muñoz, que desde Ocaña aceptó que se trató de un crimen, pidió perdón a la comunidad y aseguró que el suboficial tendrá que responder por lo sucedido.
"No mataron a cualquier civil, mataron a un miembro de la comunidad. Lo mataron miembros de las Fuerzas Armadas y por lo tanto lo lamento en el alma. En nombre de los 4000 hombres que tengo el honor de comandar les pido perdón", dijo el oficial.
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Estas contradicciones provocaron fuertes críticas durante este fin de semana contra el ministro Botero. Incluso, varios congresistas anunciaron que promoverán una 'moción de censura' en su contra.