El trapero es una herramienta esencial en la limpieza del hogar, utilizada para mantener los pisos limpios y libres de suciedad. Sin embargo, su eficacia depende en gran medida del estado en que se encuentra. Un trapero desgastado o sucio puede no solo ser menos eficiente, sino que también puede propagar gérmenes y bacterias. Por ello, es crucial saber cuándo es el momento adecuado para reemplazarlo.

En términos generales, la frecuencia con la que se debe cambiar el trapero puede variar, según el tipo de trapero y su uso. Los traperos de microfibra, muy populares por su capacidad para atrapar polvo y suciedad, suelen tener una vida útil de seis meses a un año, dependiendo de la intensidad de uso y el mantenimiento. Es importante lavar las cabezas de microfibra regularmente y reemplazarlas cuando comiencen a mostrar signos evidentes de desgaste, como la pérdida de capacidad de absorción o deshilachado de las fibras.

Los traperos de algodón, que son efectivos para absorber líquidos y limpiar manchas, requieren un enfoque diferente. Estos traperos deben ser reemplazados más frecuentemente, aproximadamente cada tres a seis meses, ya que el algodón tiende a perder su capacidad de absorción y a deteriorarse más rápido con el uso constante. Además, el algodón es susceptible a acumular bacterias si no se limpia adecuadamente.

Trapero para el hogar. | Foto: Getty Images

Los traperos tipo mop, que incluyen cabezales de tiras o esponjas, también tienen sus propias pautas de reemplazo. Los cabezales de esponja deben ser cambiados cada dos a tres meses, especialmente si muestran signos de desgaste o mal olor, que son indicativos de acumulación de bacterias y suciedad. Los cabezales de tiras, por su parte, pueden durar entre seis meses y un año, dependiendo de la frecuencia de uso y el cuidado que se les dé.

*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.