Las velas aromatizadas, los inciensos y los ambientadores son ampliamente utilizados para crear ambientes acogedores y perfumados en los hogares, oficinas y otros espacios cerrados. Sin embargo, su uso también puede implicar ciertos riesgos para la salud y el medio ambiente.

A continuación, los principales peligros que pueden generar estos productos y cómo reducir sus efectos negativos.

1. Contaminación del aire interior

Uno de los mayores problemas de las velas aromáticas y otros productos perfumados es la emisión de compuestos orgánicos volátiles (COV). Estos compuestos incluyen sustancias químicas como el benceno, el formaldehído y el tolueno, que pueden acumularse en espacios cerrados y afectar la calidad del aire.

Posibles efectos en la salud:

  • Irritación de ojos, nariz y garganta.
  • Dolores de cabeza, mareos y náuseas.
  • Agravamiento de enfermedades respiratorias como el asma.
  • En casos de exposición prolongada, algunos COV están relacionados con un mayor riesgo de cáncer y otros problemas de salud crónicos.
El dolor de cabeza es uno de los posibles riesgos que tiene el uso de estos elementos. | Foto: Getty Images

2. Problemas respiratorios y alergias

El humo generado por las velas de parafina y los inciensos puede ser perjudicial para la salud respiratoria, especialmente en personas sensibles, como niños, ancianos y personas con afecciones pulmonares.

Sustancias perjudiciales que se liberan:

  • Partículas finas (PM2.5): Estas diminutas partículas pueden ingresar a los pulmones y causar inflamación.
  • Óxidos de nitrógeno: Compuestos que pueden irritar las vías respiratorias.
  • Formaldehído y acroleína: Sustancias tóxicas que pueden generar molestias respiratorias y efectos a largo plazo.

3. Riesgo de incendio

Las velas encendidas representan un peligro potencial de incendio si no se usan con precaución. Un descuido, como dejarlas encendidas sin supervisión o colocarlas cerca de materiales inflamables (cortinas, papel, muebles), puede provocar incendios graves.

Medidas de seguridad para evitar accidentes:

  • Nunca dejar velas encendidas sin supervisión.
  • Colocarlas sobre superficies estables y resistentes al calor.
  • Mantenerlas alejadas de materiales inflamables.
  • Apagar las velas antes de dormir o al salir de la habitación.
Son ampliamente utilizados en hogares, oficinas y otros espacios cerrados. | Foto: Getty Images

4. Emisión de hollín y partículas contaminantes

Las velas elaboradas con parafina, un derivado del petróleo, pueden liberar hollín negro al quemarse. Este hollín no solo ensucia paredes, techos y muebles, sino que también puede ser inhalado y afectar la salud.

Consecuencias del hollín:

  • Puede provocar problemas respiratorios y agravar condiciones como el asma.
  • Puede contaminar el aire interior y reducir la calidad de vida.

5. Sustancias químicas tóxicas en velas y ambientadores

Algunas velas, inciensos y ambientadores contienen sustancias químicas que pueden ser dañinas con el tiempo. Muchas fragancias sintéticas incluyen ftalatos, compuestos que actúan como disruptores endocrinos y pueden alterar el equilibrio hormonal del organismo.