El queso es uno de los alimentos preferidos en el consumo de los hogares. Es rico en vitaminas A y D, que ayudan al cuerpo a absorber el calcio y a mantener los huesos y los dientes sanos. También es rico en vitaminas del grupo B, entre las que destaca la vitamina B12, la B9 (ácido fólico), la B1 (tiamina) o la B2 (riboflavina).

El queso se conserva en temperaturas frías. | Foto: 8vFanI

Siempre en la nevera

Aunque pueda parecer lógico, no sobra recordar y enfatizar que para que el queso esté fresco y dure por más tiempo es la nevera.

El queso se debe guardar en la nevera en un recipiente de vidrio o de plástico | Foto: Getty Images

Sin embargo, a pesar de necesitar el ambiente fresco del refrigerador, no debe estar olvidado en mitad de la nada. Existen varios detalles que son importantes tener en cuenta.

El queso fresco es un producto húmedo y la humedad es el lugar perfecto para el desarrollo de bacterias y mohos. Pero eso no significa que sea peligroso. Al contrario, es su razón de ser.

¿Cómo reservarlo de la atmósfera de la nevera?

El secreto para conservar el queso fresco de manera óptima es evitar un exceso de humedad. Por ello es recomendable colocarlo en un recipiente ya sea de plástico o de cristal, lo importante es que esté cerrado o cubierto con papel film. Antes de poner el queso es indispensable cubrir la base con papel de cocina para que absorba la humedad y las pequeñas cantidades de suero que pueda soltar.

El queso se debe consumir en un lapso de tres o cuatro días. | Foto: HandmadePictures

En cuanto al tiempo de duración de este alimento después de haber sido abierto, lo recomendable es consumirlo en un lapso de tres o cuatro días.

Sin embargo, puede pasar que aún manteniendo estas recomendaciones y estando dentro de los días recomendados para consumirlo, se note que se reseca parte de la superficie del queso fresco. Esto no representa ningún problema. Solo se necesita retirar con un cuchillo esa zona y el queso volverá a quedar tan fresco como el primer día.