Los cactus y las suculentas son un grupo diverso de plantas que no tienen relación unas con otras, excepto que se han adaptado para vivir en climas áridos y con muy poca agua. Por eso ambos tipos de planta han desarrollado tallos gruesos, hojas carnosas y por qué no decirlo espinas que les permiten no solo defenderse en un entorno hostil, sino almacenar grandes cantidades de agua por largos periodos de tiempo.
Dicen quienes conocen que las primeras especies de cactus se encontraron en México hace cerca de 10 mil años, pero tras las migraciones humanas y la globalización se han extendido por casi todo el mundo. Por otro lado, las suculentas fueron ingredientes principales de la medicina tradicional China, y también se comenzaron a expandir desde hace relativamente poco tiempo.
Ambos tipos de planta requieren poca agua, lo que no quiere decir nula cantidad de agua, luz solar directa y un ambiente cálido. Además, la tierra no debe ser compacta, en cambio, debe estar drenada para permitir la circulación de la misma. Es importante, además, fertilizar estas plantas una vez al año durante la temporada de crecimiento.
Otros trucos
1. Asegurar luz solar
Un hábitat apropiado siempre será lo más importante para cualquier planta, así las cosas se recomienda conocer muy bien la especie de la planta para así conocer las condiciones de luz y sombra en las que se desarrolla apropiadamente. Por ejemplo, la mayoría de suculentas prefieren la exposición solar directa durante 6 u 8 horas, los que les permite estar rozagantes. Sin embargo, otras no aguantan esta condición y se secan. Lo más importante es encontrar el lugar en el que la planta se sienta a gusto.
2. Regar los cactus
Pese a que la imagen del desierto es que no cae agua, la verdad es que sí lo hace. Por eso el consejo es que cuando se riegue un cactus se le haga con abundante agua, pese a que la periodicidad no va a ser las mismas. Lo mismo debe pasar con las suculentas, ninguna planta puede sobrevivir con la tierra seca, por eso es importante fijarse que por lo menos la parte superior siempre esté húmeda.
3. Una tierra apropiada
Debido a que el entorno de los cactus y las suculentas es extremo, es necesario que el sustrato en la que están sembradas no sea convencional. Por eso, una vez se adquiera la planta, se recomienda revisar si está sembrada con tierra regular o tiene el entorno suficiente para poderse desarrollar. Recuerde, no todas las plantas son iguales y todo es cuestión de que esté asociada a su entorno.