Para cocinar los garbanzos o cualquier tipo de grano, la receta más sencilla siempre indica que se deben dejar en agua mínima 12 horas antes, lo que permite la hidratación de los granos y además que se desprendan todas aquellas sustancias que luego pueden caer pesadas en el estómago. Sin embargo, no siempre se tiene el tiempo. Incluso hay mañanas en las que hay deseo de cocinar garbanzos, pero la respuesta siempre es la misma, no se dejaron en agua desde la noche anterior.
Así las cosas, no siempre es necesario aguantarse el antojo para el otro día, ni tampoco ir a comprar garbanzos enlatados. Algunos, pese a que no es recomendable, usan la olla a presión, que luego de un buen tiempo de cocción puede ablandarlos, el problema es que el gasto de energía es muy alto y puede llegar a generar cobros innecesarios en las facturas de servicios públicos. Otro truco es que una vez se ponen a cocinar los sobrantes se pueden guardar para secar y congelar, lo que permitirá que duren mucho más tiempo.
El mejor truco
Como siempre, los trucos de la abuela suelen salvar el día. El truco consiste en usar bicarbonato de sodio. Ahora bien, para medio kilo de garbanzos es necesario usar cerca de unos cuatro litros de agua. Es decir, un gramo de bicarbonato, una cucharadita por cada cuatro litros. Lo primero es poner a hervir el agua durante cinco minutos con los garbanzos y el bicarbonato, luego se retiran y se dejan reposar durante una hora. Tras ese tiempo se retira del fuego y la magia se habrá conseguido.
Un truco adicional es utilizar una olla multifuncional que puede cocinar en menos del tiempo tradicional, cerca de media hora. En todos los casos el tiempo depende de qué tan viejos estén los granos y si se aplicó el truco de forma correcta
Es importante que cuando la ola multifuncional haya calentado el agua, se tome el tiempo para retirar la espuma que hacen los granos al contacto con el agua antes de tapar, esto permitirá que la olla no sufra ninguna obstrucción durante la cocción.