Siempre que piensa en embellecer las uñas empleando acrílicos, bien sea para asistir a un evento especial o para lucirlas a diario, la pregunta que viene de inmediato es ¿qué tan difícil será deshacerse de las uñas acrílicas? Esta tarea puede ser volverse desagradable, incluso dolorosa si no se hace con un profesional, o siguiendo las pautas correctas. De hecho, eliminar las uñas acrílicas en casa puede ser sencillo, atendiendo a los expertos.
A veces, no es posible acudir a un profesional para retirar las uñas acrílicas, por lo que puede ser conveniente aprender los secretos para hacerlo sin dificultades. Para empezar, hay que tener a mano algunas herramientas y técnicas muy específicas para cuidar que las uñas naturales se mantengan fuertes y resistentes después de retirar las acrílicas.
Para Hannah Lee, representante de la marca estética Sally Hansen, “uno de los errores más comunes a la hora de quitar los acrílicos en casa es no ser lo suficientemente paciente y pelar o arrancar un acrílico rebelde”. Y agrega que “esto puede causar daños en la uña natural”.
Quítese fácil las uñas acrílicas en casa
Corte el exceso de largo: el primer paso es eliminar la parte más larga de la uña acrílica. Al respecto, Hannah Lee aconseja: “asegúrate de no cortarte la uña. La mejor forma de recortarlas es con un cortaúñas acrílico, pero si no lo tienes, puedes usar un cortaúñas grande, que suele dar más fuerza. Empieza a recortar por un lado y ve hacia el otro, nunca recortes en línea recta”.
Pulir el acrílico: se pueden tomar dos limas de uñas, una áspera para la capa superior de acrílico y otra de grano más grueso a medida que el pulimiento se acerque a la uña natural.
La experta apunta: “sigue limando suavemente hasta que desaparezca el brillo de la uña. Esto puede requerir algo de paciencia”. Añade que se debe tener cuidado con pulir demasiado, pues esto “puede adelgazar y debilitar la uña natural”.
Usar la acetona, pero con cuidado: la experta señala que hay dos formas de hacerlo. Una consiste en calentar un frasco de acetona bajo el grifo, verterlo en un cuenco y sumergir los dedos durante 30 minutos. Aunque si se prefiere tener menos contacto de la acetona con la piel, dado que es un químico tóxico, “también puedes utilizar el método de la lámina, que es el que se suele ver en los salones de belleza”. Para este último método, se empapa una bola de algodón en acetona y se coloca encima de la uña, luego se toma un trozo de papel de aluminio y con él se envuelve la uña y parte del dedo, asegurándose de doblar la punta para sellar la bola de algodón.
Observar que funcione la técnica: es necesario comprobar los progresos en las uñas, después de pasados 30 minutos. Si se ha disuelto suficiente acrílico, se puede pulir suavemente el exceso con la lima de uñas más fina. Si aún queda producto que no se puede pulir, lo recomendable es dejar en remojo cinco minutos más y volver a pulir.
Hidratar las cutículas: es importante tener cerca un poco de aceite para cutículas, que contenga vitamina E, puesto que la acetona reseca las uñas y la piel. Después de hace todo el proceso, el aceite se puede aplicar una vez al día.
Mantener más tiempo los acrílicos
La experta aconseja que para “cuidar tus acrílicos, puedes ponerte una capa superior de gel para que duren más. Si lo prefieres, también puedes usar un top coat normal y aplicarlo cada dos o tres días”.
Así mismo, “intenta evitar el agua, así que cuando estés fregando los platos, asegúrate de llevar guantes”, recomienda. Y, como es sabido, los acrílicos pueden debilitar la uña natural con el tiempo, siempre es necesario aplicarse productos que fortalezcan las uñas.