El bicarbonato de sodio se ha convertido -con el paso de los años- en un producto indispensable no solo en las cocinas, sino también en los botiquines familiares. Esto se debe a que ofrece diversos beneficios saludables que pueden obtenerse tan solo disolviendo una cucharadita en agua.
Este ingrediente, que puede adquirirse en cualquier tienda o supermercado, es económico y puede ser un aliado para el cuidado de la piel y para dolencias estomacales. De acuerdo con el portal especializado Mejor en Salud, el bicarbonato de sodio puede ser aplicado para hidratar, ayudar a disminuir la apariencia del acné y las manchas.
De igual manera, se usa para quitar la humedad y evitar la aparición de hongos en las superficies de casas y edificios.
Para empezar, la publicación señaló que es clave que las personas sean capaces de identificar los espacios que han sido afectados por la humedad, pues en ocasiones solo reconocen el olor y deben encontrar cuál es su origen.
En caso de que haya fugas de agua es importante que se resuelvan, pues si bien el bicarbonato puede aminorar el problema, lo cierto es que hay que resolver los problemas de raíz para que la humedad desaparezca del todo.
Según ese medio, basta con disponer un recipiente que contenga bicarbonato de sodio cerca de la superficie para que absorba los olores propios de la humedad. Y, en caso de que la humedad sea muy grave, se puede disponer directamente el bicarbonato mezclado con agua en las zonas afectadas.
Se puede usar un atomizador, dejar actuar por unas horas y luego frotar la superficie con la ayuda de un cepillo. Es importante que después de realizar este proceso, la superficie quede bien seca, pues dejarla humedecida puede volver a favorecer la aparición de hongos.
Otra de las ventajas que ofrece el bicarbonato para combatir la humedad es que también puede quitar el olor de la ropa, pues en ocasiones los armarios pueden tener grandes cantidades de humedad.
De acuerdo con una nota de prensa de Homecenter, basta con que se ponga la prenda en remojo en una mezcla de bicarbonato de sodio, suavizante de ropa y agua antes de lavarla. La estrategia se puede repetir varias veces hasta que la ropa quede efectivamente libre de olores producidos por la humedad.