El eucalipto es una planta conocida por sus propiedades aromáticas, sus múltiples beneficios para la salud, y por ser utilizado para decorar el hogar. Sin embargo, una de sus mayores ventajas es que puede ser cultivado en macetas en casa.
Este árbol puede ser una excelente opción para interiores o patios, proporcionando un toque de frescura y belleza. Por ello, para sembrarlo, el primer paso es elegir el tipo adecuado.
Algunas especies, como el Eucalyptus gunnii o el Eucalyptus pulverulenta, son más adecuadas para el cultivo en macetas debido a que su tamaño es más manejable, por lo que es fundamental elegir una maceta grande y profunda.
Ahora bien, después de ello se debe poner una capa de grava o piedras en el fondo de la maceta para mejorar el drenaje. Luego, llénela con el sustrato; en este caso es recomendable realizar una mezcla de tierra universal con perlita o arena gruesa.
Si está plantando desde semilla, haga pequeños hoyos en la superficie del sustrato y coloque las semillas, cubriéndolas ligeramente con tierra. Si está plantando un plantón, haga un agujero lo suficientemente grande para acomodar las raíces y planta firmemente.
Finalmente, riegue después de sembrar y coloque la maceta en un lugar donde reciba luz solar directa al menos 6 horas al día. El eucalipto es una planta amante del sol, y la luz directa es crucial para su crecimiento.
También es recomendable fertilizar dicha planta cada 4-6 semanas durante la temporada de crecimiento (primavera y verano) con un fertilizante equilibrado para plantas verdes, siguiendo siempre las instrucciones del fabricante. Del mismo modo, es necesario podarlo regularmente para controlar su tamaño y mantener su forma.
Aunque el eucalipto es generalmente resistente a plagas y enfermedades, puede ser susceptible a ataques de insectos como los pulgones. Inspeccione regularmente el follaje y utilice métodos naturales para tratar cualquier infestación de plagas de manera efectiva.