En las últimas décadas, la yuca se ha consolidado como uno de los cultivos fundamentales en muchas regiones tropicales y subtropicales del mundo. Su resistencia a condiciones adversas y su versatilidad culinaria la convierten en un recurso invaluable para comunidades locales y agricultores. En este artículo, exploraremos los pasos clave para sembrar y cultivar yuca, brindando información valiosa para aquellos que buscan sumergirse en la producción de este alimento básico.

El proceso de cultivo de la yuca comienza con la elección cuidadosa del terreno. La yuca prefiere suelos bien drenados y fértiles. Evitar suelos encharcados es crucial, ya que el exceso de agua puede propiciar el desarrollo de enfermedades y afectar el rendimiento de la cosecha.

Antes de sembrar, es esencial preparar el suelo adecuadamente. La labranza profunda ayuda a aflojar el suelo y mejorar su estructura, permitiendo un mejor desarrollo de las raíces. Además, la adición de materia orgánica, como compost o estiércol, enriquece el suelo y proporciona nutrientes esenciales para el crecimiento de la yuca.

Yuca, tubérculo muy común. | Foto: GUSTAVORAMIREZ.ART

Existen diversas variedades de yuca, cada una con características particulares. Al seleccionar la variedad adecuada para el cultivo, los agricultores deben considerar factores como el clima local, la resistencia a enfermedades y las preferencias del mercado. Las variedades de yuca de pulpa amarilla y blanca son las más comunes, y su elección depende del uso final previsto.

La yuca se propaga a través de esquejes de tallo. Estos esquejes, también conocidos como estacas, se cortan de plantas saludables y se plantan en surcos preparados en el suelo. Es importante enterrar los esquejes a una profundidad adecuada, asegurando que estén firmemente establecidos en el suelo. Un espaciado adecuado entre las plantas garantiza un crecimiento óptimo.

El cuidado continuo de la yuca es esencial para asegurar una cosecha exitosa. El riego regular, especialmente durante períodos secos, es crucial para mantener el crecimiento constante de las plantas. Además, el control de malezas alrededor de las plantas de yuca es fundamental para prevenir la competencia por nutrientes y agua.

Aunque la yuca es conocida por su capacidad para crecer en suelos pobres, la aplicación moderada de fertilizantes puede mejorar significativamente la calidad y el rendimiento de la cosecha. Se deben utilizar fertilizantes balanceados para proporcionar los nutrientes necesarios, evitando el exceso que podría afectar negativamente la calidad de las raíces.

Sembrar una yuca. | Foto: Getty Images

La yuca generalmente está lista para la cosecha entre 8 y 12 meses después de la siembra, dependiendo de la variedad y las condiciones de crecimiento. Durante la cosecha, se deben extraer las raíces con cuidado para evitar daños. Las raíces de yuca son perecederas, por lo que es crucial minimizar el tiempo entre la cosecha y el procesamiento.

*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.