Las lagartijas, aunque son inofensivas y beneficiosas para el control de insectos en los jardines, pueden ser una molestia para algunas personas cuando invaden el hogar, razón por la que recurren a ciertos pesticidas que hasta pueden ser perjudiciales para la salud.
Sin embargo, existe una solución casera y sencilla que promete mantener a las lagartijas alejadas; se trata de las cáscaras de huevo, las cuales pueden ser una solución eficaz para repeler dichos animales.
Y es que se tiene la creencia de que el olor de las cáscaras de huevo en descomposición o el aspecto de estas puede asustar a las lagartijas, haciéndolas pensar que hay depredadores cercanos. Como resultado, las lagartijas tienden a evitar las áreas donde perciben esta amenaza.
Para usar las cáscaras de huevo como repelente natural, primero debe prepararlas adecuadamente. El primer paso es guardar las cáscaras de huevo después de utilizarlas en la cocina. Asegúrese de enjuagarlas bien para eliminar cualquier resto de clara o yema que pueda atraer insectos o generar malos olores.
Posteriormente, coloque las cáscaras de huevo limpias en un lugar seco y ventilado durante un par de días, o séquelas al sol. También puede utilizar el horno a baja temperatura para secarlas rápidamente.
Una vez secas, triture las cáscaras en trozos pequeños. No es necesario pulverizarlas; trozos de tamaño pequeño a mediano funcionan bien.
Ahora bien, para utilizarlas en el hogar debe espolvorearlas al rededor de las áreas en las quelas lagartijas suelen aparecer con mayor frecuencia, como ventanas, puertas, cocinas, baños o zonas cercanas a plantas de interior.
Si desea evitar que las lagartijas entren a su hogar, puede crear una línea continua de cáscaras de huevo trituradas a lo largo de las puertas o ventanas. Esto formará una barrera que las lagartijas no querrán cruzar.
Es importante tener en cuenta que, con el tiempo, las cáscaras pueden descomponerse o volverse ineficaces. Por ello, es recomendable reemplazarlas cada pocas semanas para mantener su efecto.