La fascinación por los seres celestiales ha acompañado a la humanidad desde tiempos inmemoriales. Entre ellos, los arcángeles ocupan un lugar especial como mensajeros y protectores de Dios.

En el cristianismo, la Biblia menciona a tres arcángeles: Miguel, Gabriel y Rafael. Aunque no hay una referencia explícita a un “favorito” de Dios, cada uno de ellos posee características y roles específicos que los hacen especiales.

Miguel es el “príncipe de los arcángeles”, protector del pueblo de Dios y símbolo de la justicia y la fuerza. Se le invoca para obtener protección contra enemigos, peligros, fortalecer la fe y tomar decisiones difíciles.

Gabriel es conocido como el ‘mensajero de Dios’ por excelencia. Se le asocia con la anunciación de eventos importantes, como la concepción de Jesús y la resurrección. Se le invoca para recibir guía, inspiración, mejorar la comunicación y para abrirse a nuevas oportunidades.

Mientras tanto, Rafael es el ‘arcángel de la sanación’ y protector de los viajeros. Se le relaciona con la curación física y espiritual, la protección en viajes y la búsqueda del camino correcto en la vida. Se le invoca para obtener sanación física y espiritual, protección en viajes, encontrar el camino correcto en la vida y superar obstáculos.

El arcángel Uriel se caracteriza por brindar luz en el camino de la vida. | Foto: Getty Images

No hay un arcángel favorito de Dios, sin embargo, cada persona le pone toda su fe a uno en especial, dependiendo de sus necesidades y de sus anhelos del corazón.

¿Cómo invocar a los arcángeles?

Existen diversas formas de conectar con estos seres celestiales. Algunas de las más comunes son las siguientes:

  • Oración: Puede dirigir una oración personal al arcángel que desee invocar, expresando la petición con fe y devoción.
  • Meditación: Puede meditar en la imagen del arcángel, visualizando su luz y energía y conectando con su presencia.
  • Velas: Puede encender velas de colores específicos asociados a cada arcángel: azul para Miguel, blanco para Gabriel y verde para Rafael.

Es importante recordar que la fe y la devoción son esenciales al invocar a los arcángeles. Se debe tener una actitud de apertura, receptividad y confianza en su poder celestial.

Más allá de la idea de un “favorito”, la conexión con los arcángeles se basa en la necesidad individual de cada persona. Cada uno puede encontrar en estos seres celestiales un guía, protector e intercesor en su camino espiritual.

Cabe destacar que la creencia en los arcángeles varía según las diferentes religiones y tradiciones. Algunas culturas tienen sus propias deidades y entidades celestiales con roles similares.

La tradición de rezar es considerada como una ayuda celestial | Foto: KatarzynaBialasiewicz

Lo importante es mantener una mente abierta, respetar las diferentes creencias y enfocarse en la conexión personal con la energía celestial que represente mayor significado para cada individuo.

*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.