El camarón es una de las comidas de mar más nutritivas y a la vez más usada por restaurantes de alta cocina. Sin embargo, cocinarlos requiere de cierta técnica porque se requiere que sean lavados correctamente para evitar malos sabores e incluso problemas en la salud de quienes lo consumen.
Los camarones son una fuente ideal de nutrientes como el hierro, fósforo, magnesio, zinc y la vitamina B12. No obstante, este alimento tiene una parte que se le conoce como ‘la vena negra’, la cual es el intestino del animal y, como ya es conocido, por este tracto circulan los desechos de animal.
Aunque hay que ser cuidadosos al retirarla, la forma de hacerlo es muy sencilla, por eso a continuación le enseñamos la forma de hacerlo.
Inicialmente la clave está en la escogencia de los camarones, debido a que se debe procurar que estos sean frescos para que, a la hora de la limpieza, no se obtengan sorpresas con la calidad del alimento.
Luego se debe cortar la cabeza y las patas de los camarones, para después proceder a retirar la cáscara con suavidad, siempre desde la cabeza hasta la cola.
Después, una vez retirada la cáscara, se sugiere que se ubique la vena negra del camarón (que está en la parte del lomo), y se sugiere que se introduzca un palillo a un costado y luego se jale hacia arriba para retirar cuidadosamente el intestino, debido a que si se rompe o es mal manipulado se pueden esparcir una serie de bacterias por todo el camarón. Por ende, no se recomienda hacerlo con los dedos porque se puede ejercer mucha presión.
Una vez terminado el proceso anterior se debe enjuagar con abundante agua y secarlos, para luego revisar si quedó algún residuo. Cuando ya se confirme que todo está en orden, se puede proceder a cocinarlo.