La tradición religiosa cristiana tiene a la Biblia con fuente de sabiduría en muchos aspectos, entre ellos, las relaciones de pareja, en especial el matrimonio, sobre lo que ofrece lecciones y consejos valiosos aun en la actualidad.
En algunas de sus historias, las personas contraen matrimonio en la adolescencia o antes de los 20 años, edades que en el pasado eran aceptadas culturalmente, pero que hoy pueden resultar problemáticas, en especial el matrimonio infantil, que es considerado en muchos países una vulneración a los derechos de los menores y adolescentes.
Pero, por otro lado, es importante la sabiduría sobre las relaciones maritales entre hombre y mujer que ofrece la Biblia. Por ejemplo, en Proverbios 18:22, considera que “el que halla esposa, halla el bien, y alcanza la benevolencia de Jehová”. Otorgando un sentido sagrado al matrimonio, que es una bendición y un regalo de Dios. En 1 Corintios 7:9, el apóstol Pablo aconseja que si alguien no puede controlar sus deseos sexuales, es mejor casarse que vivir en la tentación. Lo que puede ser un buen consejo en algunos casos.
Así mismo, la Biblia exige que haya madurez emocional entre las parejas, porque deben asumir las responsabilidades del matrimonio, retos y momentos difíciles en los que permanecer juntos es vital. También enseña que un matrimonio no se compone solo de amor, a esto se debe sumar el respeto y compromiso, porque se trata de un sacramento de por vida, según la ortodoxia católica.
Además, en el libro del Génesis hay un mandato divino sobre el matrimonio. Específicamente, en el capítulo 2, versículos 18 al 25, se encuentra el relato de la creación de la primera pareja humana, Adán y Eva. En este pasaje, Dios declara que no es bueno que el hombre esté solo y decide crear a una compañera adecuada para él. Es cuando forma a la mujer a partir de una costilla de Adán y los une en matrimonio, diciendo: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”, lo que se ha interpretado como una obligación entre quienes profesan la fe cristiana.
Más adelante, en Efesios, capítulo 5, versículos 22 al 33, el libro habla del papel del esposo y la esposa dentro del matrimonio, haciendo énfasis en la importancia de que él la ame como Cristo amó a la iglesia, y que la esposa respete y se someta al liderazgo amoroso de su cónyuge. Aquí plantean ideas propias del patriarcalismo que hoy en día son refutadas por las políticas de igualdad de derechos y el feminismo.
En la actualidad, la edad para contraer matrimonio, por lo general, es después de los 18 o 20 años, en lo que se considera la edad adulta, pero puede variar según la cultura, las tradiciones y las políticas de los países.
En México, por ejemplo, está prohibido por ley que las personas se casen antes de los 18 años, con lo que buscan proteger las uniones de niñas y adolescentes menores con hombres adultos.
Sin embargo, en Colombia aún persiste el matrimonio infantil, puesto que una excepción en el artículo 117 del Código Civil permite a las personas menores de edad contraer matrimonio cuando presenten un permiso escrito de sus padres o representantes legales. Pero hay una prohibición absoluta de contraer matrimonio únicamente para los menores de 14 años. Esto ha generado que menores de 15, 16, 17 y 18 años caigan en prácticas abusivas, que afectan a niños, niñas y adolescentes.
Dejando de lado estas circunstancias controversiales, la recomendación es que personas adultas y en capacidad de decidir por sí mismas, sin coacción y en libertad, así como con un apropiado desarrollo emocional, determinen casarse, movidas por amor mutuo.