El oro ha fascinado a la humanidad a lo largo de la historia por su belleza, rareza y valor. Sin embargo, hay un misterio que rodea a este preciado metal: ¿cuántos colores tiene realmente el oro? En este artículo se explora la ciencia detrás del oro y desentrañaremos los mitos y realidades que rodean su color.

Oro amarillo: Un reflejo de elegancia clásica

La forma más clásica y emblemática del metal precioso, el oro amarillo, ha representado durante mucho tiempo un símbolo de lujo y prestigio. Las joyas elaboradas en 14 o 18 quilates evitan el oro puro de 24 quilates, que resulta demasiado blando para la creación de piezas duraderas. La combinación de oro con elementos como el cobre y el zinc no solo asegura la resistencia, sino que también modela la tonalidad del amarillo.

A medida que se desmitifican las creencias históricas, se expondrá cómo la ciencia moderna ha desentrañado el misterio del color del oro, despejando la neblina que rodea este preciado metal. | Foto: Freepik

Oro blanco: Una estética contemporánea y refinada

Frecuentemente equiparado con el platino o la plata, el oro blanco presenta una estética contemporánea única. Su fabricación implica la combinación de oro fino con aleaciones que incorporan paladio, plata o zinc, otorgándole un tono más frío y moderno. La aplicación de una capa de rodio realza su brillo, aunque es crucial considerar el desgaste a lo largo del tiempo.

Este viaje no solo se trata del oro amarillo, sino de cómo diferentes aleaciones y tratamientos superficiales pueden transformar sutilmente su apariencia, creando una experiencia visual única. | Foto: Getty Images

Oro rosa: Un toque romántico y sutil

Conocido también como oro rojo, el oro rosa despierta un delicado y romántico matiz rojo-rosado mediante una aleación con cobre y plata. La proporción de cobre determina la intensidad del tono rojizo de las joyas. Con una composición típica de 18 quilates, apodada Crown Gold, este oro rosa logra un equilibrio perfecto con un 75% de oro puro y un 25% de otros metales preciosos.

El platino: Elegancia noble en tonos grises

A menudo comparado con el oro blanco, el platino destaca por su pureza. A diferencia del oro blanco, que es una aleación, el platino se extrae y trabaja en su estado puro. Más fuerte, resistente a los arañazos y cambios de color, el platino ofrece una opción duradera y hipoalergénica. Aunque más difícil de trabajar y más pesado que el oro, su tonalidad ligeramente grisácea le confiere una distinción única.

Desde la elegancia clásica del oro amarillo hasta las opciones contemporáneas como el oro blanco. | Foto: Getty Images

*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.