Desde tiempos inmemoriales, los perros han sido mucho más que simples animales; se han ganado un lugar como compañeros leales, guardianes incansables y aliados en las tareas más diversas. Este vínculo especial no es fruto del azar, sino de una historia compartida que comenzó hace miles de años.

Un reciente estudio ha iluminado los orígenes de esta relación única, revelando cómo, en un rincón remoto del mundo, comenzó el viaje que transformó a los lobos salvajes en los amigos fieles que hoy forman parte de los hogares.

La relación entre humanos y perros tiene raíces que se extienden hasta el Período Pleistoceno Tardío, hace aproximadamente 12.000 años.

Así lo reveló un reciente estudio de la Universidad de Arizona, que identificó no solo la ubicación, sino también las condiciones bajo las cuales surgió este vínculo entre humanos y perros.

Rodeados de glaciares, los humanos encontraron en los cánidos no solo compañía, sino aliados para enfrentar los desafíos del frío extremo. Foto AP / Kent Porter / The Press Democrat | Foto: AP

El equipo de investigadores determinó que las primeras interacciones entre humanos y grandes cánidos ocurrieron en Beringia, una región que conecta el extremo este de Rusia con Alaska.

Inicialmente, esta relación estuvo marcada por la competencia por recursos, pero con el tiempo evolucionó hacia una cooperación entre ambos, lo cual sentó las bases para la domesticación de los caninos.

Los perros provienen del lobo gris, con el que comparten un 98% de su genoma Foto: AP / Gerry Broome. | Foto: Copyright 2019 The Associated Press. All rights reserved

Según los hallazgos, un factor clave en el inicio de esta relación fue la alimentación compartida. En Alaska se encontraron restos fósiles de cánidos con evidencia de una dieta rica en salmón, un recurso que posiblemente fue proporcionado por los humanos.

El estudio también destaca cómo el entorno influyó en los roles desempeñados por los perros. En áreas cercanas a ríos, sus dietas eran predominantemente ricas en pescado, lo que sugiere que fueron utilizados para actividades de pesca.

Por otro lado, en zonas interiores los perros comían restos de animales terrestres, señal de su papel en la caza.

La investigación refuerza la teoría de que esta relación no solo fue funcional, sino también adaptativa. Los perros se convirtieron en aliados esenciales para superar los desafíos de un entorno hostil, desde la caza hasta el transporte.

En la actualidad, el hombre y el can se han vuelto inseparables en numerosas historias. Foto de iStock

Aunque la comunidad científica sigue debatiendo el momento exacto en que los perros se separaron de sus ancestros salvajes, se estima que ocurrió entre unos 15.000 y 30.000 años, según estudios genéticos citados por National Geographic.

Hoy en día, los perros ocupan un lugar central en los hogares de todo el mundo. Según un informe de Consumer Insights, citado de nuevo por National Geographic, un tercio de los hogares posee un perro, convirtiéndolos en la mascota más popular del planeta.