Desde que las freidoras de aire se dieron a conocer en el sector comercial han sido un hit, y es que este electrodoméstico puede resultar como un aliado excepcional a la hora de cocinar alimentos bajos en aceite.
Asimismo, se pueden cocinar infinidad de alimentos en menor tiempo y sin tener que estar pendiente como pasa, normalmente, con los métodos tradicionales. Sin embargo, hay una función en las freidoras de aire que no es conocida por muchos y que puede ser de mucha utilidad al momento de utilizarlas.
Y es que este electrodoméstico no solo sirve para freír alimentos de una manera más saludable, sino que también ayuda a descongelarlos, convirtiéndose en una opción ideal para quienes, en múltiples ocasiones, olvidan sacar las carnes de la nevera para poder llevar a cabo su preparación. Además, ahorra tiempo y evita que los alimentos pierdan los nutrientes y el sabor que, por lo general, son desperdiciados al momento de descongelarlos de forma natural o en el microondas.
Varias de las freidoras actuales ya tienen esta opción incorporada de fábrica, sin embargo, hay algunas que por el tiempo que llevan en el mercado ya están un poco desactualizadas. Pero no todo está perdido, pues con unos simples pasos se puede llevar a cabo esta maravillosa función.
En un principio se deben elegir los alimentos que se desean descongelar, es importante que las piezas de estos sean pequeñas o medianas, como filetes, hamburguesas, nuggets, verduras, etc. En caso de que sean más grandes, como pollos enteros o costillares, no se descongelan bien en el electrodoméstico y podrían quedar crudos por dentro y quemados por fuera.
El segundo paso es poner los alimentos en la freidora, distribuidos en una sola capa, y dejando algo de espacio entre ellos para que el aire caliente circule bien. En caso de que los alimentos estén muy pegados o congelados en bloque, se deben separar, ya sea con un cuchillo o tenedor, para después introducirlos.
Lo siguiente es ajustar la temperatura y el tiempo, la normal general señala que se debe poner la temperatura más baja posible, a unos 30 grados Celsius. En cuanto al tiempo, se debe elegir el que sea indicado para cada alimento, dependiendo del tipo y la cantidad que se vayan a descongelar.
Por consiguiente, se debe poner a funcionar la freidora y esperar a que termine el ciclo de descongelación. Durante este proceso, es conveniente abrir la cesta cada 5 o 10 minutos y mover o girar los alimentos para que se descongelen de forma uniforme. Asimismo, es importante retirar el exceso de agua o hielo que se haya formado en la cesta o en el fondo de la freidora.
El último paso es comprobar que los alimentos estén bien descongelados y listos para cocinar. En caso de que este no sea el caso, se pueden llevar nuevamente a la cesta de la freidora y ponerla en funcionamiento por algunos minutos, supervisando a cada momento.
Cuando ya los alimentos estén descongelados al gusto, se pueden pasar al recipiente que se desee, sazonarlos para que tengan más sabor y jugosidad, y listo.
Cabe aclarar, que es importante que durante la descongelación, se coloque debajo de la cesta de la freidora un recipiente para que vaya recogiendo el líquido que algunos alimentos pueden soltar mientras se descongelan.