La Cuna de Moisés, también conocida como Spathiphyllum wallisii, emerge como una planta de interior popular por su elegancia y belleza. Sin embargo, para que esta planta florezca en todo su esplendor, se requiere proporcionarle los ingredientes adecuados. En este artículo, se explorarán tres elementos caseros clave para el florecimiento de la Cuna de Moisés.

1. Luz apropiada: el sol como aliado de la cuna de moisés

La luz se revela como uno de los elementos fundamentales para el crecimiento saludable de cualquier planta, y la Cuna de Moisés no se desvía de esta regla. Esta planta tropical prefiere la luz indirecta brillante, pero no tolera la luz solar directa intensa. Para recrear las condiciones ideales en interiores, se debe colocar la Cuna de Moisés cerca de una ventana que reciba luz indirecta durante la mayor parte del día.

Se sumerge en el mundo luminoso de la Cuna de Moisés, donde la luz indirecta brillante se presenta como un ingrediente fundamental para desatar la exuberancia de esta planta de interior. | Foto: Getty Images

Es esencial tener en cuenta que la exposición directa al sol puede resultar en quemaduras en las hojas de la Cuna de Moisés, por lo que encontrar un equilibrio es crucial. Si se observa que las hojas se vuelven amarillas o desarrollan manchas, es posible que la planta esté recibiendo demasiada luz solar directa. En este caso, se puede intentar mover la planta a un lugar con una luz más suave.

2. Humedad y riego: el agua como elemento vital para la cuna de moisés

La Cuna de Moisés, nativa de las selvas tropicales donde la humedad es alta, requiere un ambiente húmedo para prosperar. Mantener la humedad alrededor del 50-60% se convierte en un factor crucial para asegurar un crecimiento saludable. Esto se puede lograr rociando las hojas regularmente con agua, colocando la maceta sobre una bandeja con guijarros húmedos o utilizando un humidificador en la habitación.

En cuanto al riego, la Cuna de Moisés prefiere mantenerse ligeramente húmeda. Se debe regar cuando la capa superior del sustrato esté seca al tacto, evitando el exceso de agua que podría provocar la pudrición de las raíces. Utilizar agua a temperatura ambiente y asegurarse de que la maceta tenga un buen sistema de drenaje es esencial para prevenir problemas de encharcamiento.

Se explora la relación íntima entre la Cuna de Moisés y el agua, desentrañando las claves para un riego preciso y cómo este elemento esencial contribuye al florecimiento de esta planta tropical. | Foto: Photo by Eric Lafforgue/Art In All Of Us/Corbis via Getty Images

3. Nutrientes y fertilización: El alimento secreto de la cuna de moisés

Para que la Cuna de Moisés florezca con exuberantes hojas verdes y, eventualmente, con sus distintivas espigas blancas, es fundamental proporcionarle los nutrientes adecuados. Un fertilizante equilibrado con una fórmula NPK de 20-20-20 o similar se convierte en la elección correcta. Durante la temporada de crecimiento activo, que suele ser primavera y verano, la planta debe ser fertilizada cada cuatro a seis semanas.

Es necesario diluir el fertilizante según las instrucciones del envase, ya que un exceso de nutrientes puede resultar perjudicial. Además, se debe evitar fertilizar durante el invierno, cuando la planta entra en un período de descanso. Observar cualquier cambio en la coloración de las hojas o signos de sobrealimentación y ajustar la frecuencia de fertilización según sea necesario es crucial.

*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.