Los buñuelos son un delicioso manjar que se disfruta en muchas celebraciones, especialmente durante épocas festivas. Sin embargo, preparar estos bocados requiere de ciertos cuidados para garantizar que queden perfectos y, sobre todo, evitar problemas como que se dañen o incluso exploten al freírlos.

Para aquellos que esto no es sencillo, se recomienda total cuidado y paciencia, enfocándose en la mezcla y la manera de prepararlos. A continuación, se explican las claves para preparar esta receta de manera segura y exitosa.

Uno de los factores más importantes para evitar que los buñuelos se dañen es el amasado correcto de la masa. La mezcla debe ser homogénea, sin grumos ni burbujas de aire, ya que estas últimas pueden expandirse con el calor y provocar que la masa se rompa o explote al freír. Es recomendable tamizar los ingredientes secos, como la harina, antes de integrarlos, y trabajar la masa con las manos o una batidora hasta obtener una textura suave y elástica.

El tamaño de las porciones también juega un papel crucial. Si las porciones son demasiado grandes, es más probable que no se cocinen de manera uniforme, lo que puede generar una acumulación de vapor en el interior y causar que se rompan. Por ello, se sugiere formar pequeñas bolas, de tamaño similar a una pelota de ping pong, para asegurar una cocción uniforme y evitar riesgos.

Los bueñuelos hacen parte de una de las tradiciones navideñas colombianas. | Foto: Getty Images

La temperatura del aceite es otro aspecto fundamental. Un aceite demasiado frío puede hacer que los buñuelos absorban demasiada grasa, mientras que un aceite demasiado caliente puede provocar que el exterior se dore rápidamente mientras el interior queda crudo, aumentando el riesgo de explosión. La temperatura ideal para freír buñuelos es de aproximadamente 180 °C. Usar un termómetro de cocina es una herramienta útil para mantener el control adecuado del calor.

Finalmente, es importante evitar llenar la sartén o la olla con demasiados a la vez, ya que esto puede disminuir la temperatura del aceite y afectar la cocción. Además, una sobrecarga puede aumentar la posibilidad de accidentes. Se aconseja freír en tandas pequeñas y dar espacio a los buñuelos para que floten libremente.

Con estas medidas, los buñuelos quedarán dorados, esponjosos y deliciosos, perfectos para disfrutar sin contratiempos. Un proceso cuidadoso asegura no solo un resultado sabroso, sino también una experiencia segura en la cocina.

Esta preparación suele ser bastante apetecida en Navidad, aunque hay quienes no comen por cuidar la dieta. Esta puede ser una alternativa interesante. | Foto: El País