Los sacos de lana en las temporadas frías suelen ser muy buenos aliados. Sin embargo, la manera de lavarlos puede determinar el tiempo de vida útil de la prenda, que sin lugar a dudas se acorta con una mala lavada. Lo primero que hay que hacer, sin lugar a dudas, es leer la etiqueta, pues si la prenda es de algodón se puede meter a la lavadora sin superar una temperatura de 30 grados centígrados, ya que a esa temperatura la ropa se encoge. Por otro lado, si la prenda es de lana, es mejor lavarlo a mano remojándolo en un balde con agua caliente. Incluso se recomienda restregarlo con un trapo mojado para sacarle las manchas.
A la hora de colgar la prenda es importante buscar que esta se extienda y no solo colgarla de un gancho, pues el peso del agua puede hacer que esta se deforme por completo. En algunos casos se pueden usar dos y hasta tres cuerdas al aire libre buscando que la prenda mantenga su forma y bajo ningún caso es recomendable retorcer la prenda, sea de lana o de algodón, es mejor usar el método de centrifugado de la lavadora casera o acudir a una lavandería especializada.
Otro truco puede ser el de voltear el saco al revés antes de sumergirlo para hacerle el prelavado. El prelavado ideal es de 15 a 30 minutos en agua fría o a muy baja temperatura con un poco del jabón de su preferencia. Es recomendable no usar un líquido abrasivo, y mucho menos cloro en caso de que la prenda sea de color. A la hora de planchar la prenda lo recomendable es ponerla al sol en un gancho una vez haya secado casi por completo, o usar una plancha vertical a una temperatura muy baja para evitar que la prenda se deforme.