Una de las preocupaciones más comunes al lavar los platos es que, incluso después de enjuagarlos y secarlos, pueden retener olores desagradables, especialmente si estuvo en contacto con alimentos como pescado, ajo o cebolla. Sin embargo, existe una mezcla casera altamente efectiva para solucionar este problema y dejar los platos impecables y sin rastro de olores.
El ingrediente principal de esta mezcla es el vinagre blanco, un poderoso limpiador natural que no solo elimina bacterias, sino también malos olores. Para potenciar sus propiedades, se combina con bicarbonato de sodio, que actúa como un desodorizante y desengrasante natural. Juntos, forman una solución versátil y económica.
Para preparar esta mezcla, se necesita media taza de vinagre blanco y dos cucharadas de bicarbonato de sodio. En un recipiente, se mezcla primero el bicarbonato con agua caliente para que se disuelva por completo, y luego se agrega el producto. La reacción efervescente que ocurre es normal y es la clave para su efectividad. Una vez lista, se puede transferir la solución a un recipiente con rociador o usarla directamente.
El uso es sencillo: se aplica esta mezcla sobre los platos, especialmente en las zonas donde se perciben olores fuertes. Se deja actuar durante unos minutos para que los ingredientes penetren y neutralicen los olores.
Posteriormente, se lava como de costumbre con esponja y detergente. Si se busca un aroma más fresco, se puede añadir una gota de aceite esencial de limón o lavanda a la mezcla.
Esta solución no solo es efectiva, sino también ecológica, ya que evita el uso excesivo de productos químicos. Además, puede emplearse para limpiar utensilios de cocina, tablas de cortar e incluso el fregadero, dejando toda el área libre de malos olores.
Con esta práctica mezcla casera, consultada por El País a ChatGPT, los platos no solo quedarán relucientes, sino que también conservarán un aroma neutro y fresco, lo que hará más agradable cada comida en casa.