El tipo de bebida que se consume durante la actividad física puede tener un impacto significativo en el rendimiento y la salud general. Mientras que el agua y las bebidas isotónicas son opciones recomendadas para mantenerse hidratado, hay varias bebidas que deben evitarse durante el ejercicio para evitar efectos adversos en el cuerpo.
En primer lugar, las bebidas alcohólicas son particularmente perjudiciales antes y durante el ejercicio. El alcohol es un diurético, lo que significa que aumenta la producción de orina y puede llevar a la deshidratación. Además, el alcohol puede afectar negativamente la coordinación, el equilibrio y la capacidad de reacción, lo que incrementa el riesgo de lesiones.
Las bebidas azucaradas y los refrescos también deben ser evitadas durante la actividad física. Estas bebidas suelen contener altos niveles de azúcar y calorías vacías que pueden provocar un aumento rápido en los niveles de glucosa en sangre. Esto puede llevar a una caída abrupta en los niveles de energía y a un aumento en la sensación de fatiga.
Los jugos de frutas comerciales, a pesar de ser una fuente de vitaminas, pueden no ser la mejor opción durante el ejercicio. Muchos jugos contienen grandes cantidades de azúcar y calorías que pueden afectar negativamente el equilibrio de fluidos y la digestión. Además, los jugos ácidos pueden causar malestar estomacal o acidez durante el ejercicio, lo que puede afectar el rendimiento.
Las bebidas energéticas, a menudo consumidas por sus supuestos beneficios de aumento de energía y concentración, también deben evitarse. Estas bebidas contienen altas concentraciones de cafeína y otros estimulantes que pueden deshidratar el cuerpo y causar un aumento en la frecuencia cardíaca y la presión arterial.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.