Entre el 16 y el 24 de diciembre se acostumbra a leer la Novena de Navidad como preparación para la llegada del Niño Dios. Inclusive, estos encuentros navideños permiten compartir un momento agradable en compañía de la familia, de los amigos y de los seres queridos.
La tradición decembrina se conserva al leer la también conocida como novena de Aguinaldos. A este jueves, 21 de diciembre, le corresponde el día sexto.
Siga aquí el paso a paso del sexto día de la novena de aguinaldos:
Orden del día
- Villancico.
- Bendición inicial.
- Oración para todos los días.
- Reflexión del día.
- Oración a la Virgen María.
- Gozos.
- Oración al Niño Jesús.
- Bendición final.
- Villancico.
Oración para todos los días
Benignísimo Dios de infinita caridad, que tanto amaste a los hombres, que les distes en vuestro hijo la prenda de vuestro amor, para que hecho hombre en las entrañas de una Virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio. Yo, en nombre de todos los mortales, doy infinitas gracias por tan soberano beneficio. En retorno de él os ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de vuestro hijo humanado, suplicándoos por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongáis nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido, con tal desprecio de todo lo terreno, para que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén.
Oración a la Virgen María
Soberana María que por vuestras grandes virtudes y especialmente por vuestra humildad, merecisteis que todo un Dios os escogiese por madre suya, os suplico que vos misma preparéis y dispongáis mi alma y la de todos los que en este tiempo hiciesen esta novena, para el nacimiento espiritual de vuestro adorado hijo. ¡Oh dulcísima madre!, comunicadme algo del profundo recogimiento y divina ternura con que lo aguardasteis vos, para que nos hagáis menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.
Se reza tres veces: Dios te salve María, llena eres de gracia, el señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, amén.
Oración a San José
¡Oh santísimo José, esposo de María y padre adoptivo de Jesús! Infinitas gracias doy a Dios porque os escogió para tan soberanos misterios y os adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Os ruego, por el amor que tuvisteis al Divino Niño, me abracéis en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente, mientras en su divina esencia le veo y le gozo en el cielo. Amén.
Se reza: Padre nuestro, que estás en los Cielos, santificado sea tu nombre, venga tu Reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo. y perdónanos nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores, y no nos dejes caer en la tentación, más líbranos del mal, amén.Dios te salve María, llena eres de gracia, el señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, amén.Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Sexto día
Palabra
Del Evangelio de san Lucas 1, 41-44
Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel de Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Palabra del señor
Reflexión
En la Exhortación Apostólica sobre el amor en la familia n. 200 se nos enseña: “La oglesia quiere llegar a las familias con humilde comprensión, y su deseo es acompañar a cada una y a todas las familias para que puedan descubrir la mejor manera de superar las dificultades que se encuentran en su camino. No basta incorporar una genérica preocupación por la familia en los grandes proyectos pastorales. Para que las familias puedan ser cada vez más sujetos activos de la pastoral familiar, se requiere un esfuerzo evangelizador y catequístico dirigido a la familia”.
Si las familias entráramos en esta alegría de ser espacios de comprensión y desde ellas se puede acompañar el camino de los otros, entonces serán también espacios de acogida, espacios en los que siempre podemos encontrar palabras de aliento imitando a la Familia de Jesús que, al ir a visitar la familia de Isabel y Zacarías llevaron la paz y la esperanza y provocaron el encuentro amoroso de quienes saben que en el compartir familiar hay también consuelo y misericordia para ofrecer y para colmar de vida el corazón que tiene sed de una palabra de aliento y de muchos gestos de misericordia que consuela y que salva.
Oración
Dios de misericordia, regálanos en estos días de esperanza, la dicha de poder llevar a todos el don del amor que sana y cura, que redime y reconcilia, que santifica y consuela. Que la Visitación que llena de gozo las dos familias que se encuentran, se siga realizando en medio de este mundo que tiene sed de amor y de esperanza. Amén.
Vida
En estos días de bendición y de comunión: ¿A quiénes vamos a llevar consuelo y vida? ¿Cómo haremos de nuestra familia un espacio de fraternidad y acogida para todos?
Gozos
Coro: Dulce Jesús mío, mi niño adorado, ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.1. ¡Oh, Sapiencia suma del Dios soberano,que a infantil alcance te rebajas sacro! ¡Oh, Divino Niño, ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios! Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.
- ¡Oh, Sapiencia suma del Dios soberano, que a infantil alcance te rebajas sacro! ¡Oh, Divino Niño, ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios! Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.
- ¡Oh, Adonai potente que Moisés hablando, de Israel al pueblo diste los mandatos! ¡Ah, ven prontamente para rescatarnos, y que un niño débil muestre fuerte el brazo! Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.
- ¡Oh, raíz sagrada de José que en lo alto presenta al orbe tu fragante nardo! Dulcísimo Niño que has sido llamado Lirio de los valles, Bella flor del campo. Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.
- ¡Llave de David que abre al desterrándolas cerradas puertas de regio palacio! ¡Sácanos. Oh Niño con tu blanca mano,de la cárcel triste que labró el pecado! Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.
- ¡Oh, lumbre de Oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu esplendor veamos! Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios. Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.
- ¡Espejo sin mancha, santo de los santos, sin igual imagen del Dios soberano! ¡Borra nuestras culpas, salva al desterrado y en forma de niño, da al mísero amparo! Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.
- ¡Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo Pastor del rebaño! ¡Niño que apacientas con suave cayado ya la oveja arisca, ya el cordero manso! Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.
- ¡Ábranse los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío como riego santo! ¡Ven hermoso Niño, ven Dios humanado! ¡Luce, Dios estrella! ¡Brota, flor del campo! Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.
- ¡Ven, que ya María previene sus brazos, do su niño vean, en tiempo cercanos! ¡Ven, que ya José, con anhelo sacro,se dispone a hacerse de tu amor sagrario! Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.
- ¡Del débil auxilio, del doliente amparo,consuelo del triste, luz del desterrado! ¡Vida de mi vida, mi dueño adorado, mi constante amigo, mi divino hermano! Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.
- ¡Ven ante mis ojos, de ti enamorados! ¡Bese ya tus plantas! ¡Bese ya tus manos! ¡Prosternado en tierra, te tiendo los brazos, y aún más que mis frases, te dice mi llanto! Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.
- ¡Ven Salvador nuestro por quien suspiramos! Ven a nuestras almas, ven, no tardes tanto.
Oración al Niño Jesús
Acordaos, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijisteis a la venerable Margarita del santísimo Sacramento, y en persona suya a todos vuestros devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado”. Llenos de confianza en vos, ¡oh Jesús!, que sois la misma verdad, venimos a exponeros toda nuestra miseria. Ayúdanos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada. Concédenos por los méritos infinitos de vuestra infancia, la gracia de la cual necesitamos tanto. Nos entregamos a vos, ¡oh Niño omnipotente!, seguros de que no que dará frustrada nuestra esperanza, y de que en virtud de vuestra divina promesa, acogeréis y despacharéis favorablemente nuestra súplica. Amén.