El bicarbonato de sodio es uno de los productos más comunes en los hogares debido a su versatilidad, desde ser un excelente limpiador hasta servir como remedio casero para diversas molestias. En el ámbito de la salud bucal, es frecuente encontrar personas que lo utilizan como sustituto de la pasta dental con la intención de blanquear los dientes, neutralizar olores o incluso eliminar manchas.
Sin embargo, aunque el bicarbonato de sodio parece ser una opción natural y económica, su uso en la higiene bucal puede resultar contraproducente y, en muchos casos, dañino para la salud dental.
El bicarbonato es abrasivo para el esmalte dental
Una de las principales razones por las que el bicarbonato de sodio no es recomendable como pasta dental es su alta abrasividad. El esmalte dental, la capa externa que cubre los dientes, es la sustancia más dura del cuerpo humano. Sin embargo, es también una capa que puede desgastarse con el tiempo si se expone a sustancias demasiado abrasivas.
El bicarbonato de sodio, al ser un polvo granulado, tiene una textura rugosa que, al frotarse contra los dientes, puede desgastar poco a poco el esmalte, lo que lleva a una mayor sensibilidad dental y a una mayor susceptibilidad a las caries.
El esmalte dental no se regenera una vez que se pierde, lo que significa que el daño causado por el bicarbonato es irreversible. A medida que el esmalte se desgasta, los dientes quedan expuestos a las capas internas más vulnerables del diente, como la dentina, lo que puede causar dolor, sensibilidad al frío y al calor, y un mayor riesgo de caries.
No contiene flúor, elemento esencial para la salud bucal
El flúor es un mineral clave en la prevención de caries dentales, ya que ayuda a remineralizar el esmalte dental y a fortalecer los dientes, protegiéndolos contra los ácidos que provienen de los alimentos y bebidas. Las pastas dentales comerciales están formuladas para incluir flúor debido a sus beneficios comprobados en la protección de los dientes.
El bicarbonato de sodio, por su parte, carece de flúor, lo que significa que no ofrece la misma protección que una pasta dental convencional. Si bien el bicarbonato puede ayudar a eliminar algunas manchas superficiales, no tiene la capacidad de prevenir las caries o de fortalecer el esmalte.
Por lo tanto, si se utiliza como único medio para el cuidado dental, puede generar un falso sentido de seguridad en cuanto a la protección de los dientes, al no estar brindando los beneficios esenciales que un dentífrico con flúor ofrece.