En el mundo del Feng Shui, la armonía y el equilibrio son fundamentales para crear un entorno que promueva la energía positiva y la prosperidad. La presencia de plantas en el hogar es una práctica común en el Feng Shui, ya que se cree que aportan vitalidad y purifican el aire.

Sin embargo, cuando las hojas de estas plantas se vuelven amarillas, puede interpretarse como un indicativo de desequilibrio energético. En este artículo, exploraremos por qué las hojas de las plantas pueden adquirir este tono, según el Feng Shui, y cómo restaurar la armonía del espacio vital.

El Feng Shui considera las plantas como portadoras de energía positiva, ya que ayudan a purificar el aire y aportan una sensación de vitalidad a cualquier espacio. | Foto: Getty Images

Falta de luz natural:

Uno de los principios básicos del Feng Shui es el flujo de energía positiva, conocida como “Chi”. Las plantas, al ser seres vivos, necesitan luz para realizar la fotosíntesis y mantenerse saludables.

Si las hojas de las plantas se vuelven amarillas, podría ser un signo de que no están recibiendo la cantidad adecuada de luz natural. En Feng Shui, se sugiere ubicar las plantas en lugares bien iluminados para asegurar un flujo constante de energía vital.

Es importante que reciban luz indirecta brillante, por lo que hay que evitar la luz solar directa durante largos periodos.

Problemas de drenaje y exceso de agua:

El equilibrio entre el yin y el yang es esencial en Feng Shui, y esto se aplica también a las plantas. El agua simboliza la fluidez y la prosperidad, pero un exceso de agua puede llevar a problemas de drenaje y provocar que las raíces se pudran.

Si las hojas de las plantas se tornan amarillas, podría ser una señal de que están recibiendo demasiada agua. Asegúrese de que las macetas tengan buen drenaje y permita que la tierra se seque antes de volver a regar.

La ubicación de la planta es muy importante según las creencias del Feng Shui. | Foto: BARTON

Falta de nutrientes en el suelo:

El Feng Shui considera que la tierra simboliza la estabilidad y el soporte en la vida. Si las plantas carecen de nutrientes en el suelo, las hojas pueden volverse amarillas, lo que indica un desequilibrio en la energía.

Energía estancada o negativa:

En la filosofía del Feng Shui, la energía positiva debe fluir libremente para mantener un ambiente armonioso. Si las hojas de sus plantas se vuelven amarillas, podría indicar una acumulación de energía estancada o negativa en ese espacio.

Esto puede deberse a la presencia de objetos rotos, desorden o elementos que bloquean el flujo de chi. Realice una limpieza en el espacio, deshágase de objetos rotos o innecesarios, y asegúrese de que el chi fluya sin obstáculos.

El Feng Shui también cree que las plantas pueden absorber y transformar el chi negativo en positivo. Por lo tanto, es fundamental mantener las plantas sanas y vibrantes para que cumplan esta función. | Foto: Getty Images

Estrés de la planta:

Las plantas, al igual que las personas, pueden experimentar estrés. Cambios bruscos de ubicación, temperaturas extremas o exposición a corrientes de aire pueden causar que las hojas se vuelvan amarillas como respuesta al estrés.

En Feng Shui, se busca proporcionar un entorno estable y armonioso para las plantas. Introduzca cambios en el entorno de sus plantas gradualmente y evite exponerlas a condiciones extremas.

*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.