El whisky es uno de los tragos más queridos y consumidos por miles de personas alrededor del mundo, es una bebida perfecta para acompañar momentos especiales con los seres queridos.
Más allá de ser una bebida especial, es un trago que aporta múltiples beneficios para quienes lo consuman; sin embargo, es importante aclarar que esto solo aplica si se tiene un consumo moderado del mismo.
Está demostrado que por su naturaleza, debido a que no contiene azúcares ni carbohidratos, el whisky ayuda a mejorar la capacidad que tiene el cuerpo de los seres humanos para regular los niveles internos tanto de insulina como de glucosa, por lo que se convierte en un gran aliado para aquellos que padecen de diabetes.
Debido a que este licor mejora la respuesta del sistema inmunológico, puede ser un aliado para elevar las defensas del cuerpo, evitar algunas infecciones y resfriados.
Tomar whisky con un poco de agua caliente, miel y limón, aporta al alivio del resfriado y al dolor de garganta.
Como el whisky es rico en antioxidantes debido a que contiene altas cantidades de ácido elágico y su consumo moderado ayudaría a combatir los radicales libres oxidantes, que son la principal causa del envejecimiento.
Otro de los beneficios del whisky es que, al no contener grasas ni carbohidratos y, además, poseer antioxidantes, ayuda a relajar las arterias, permitiendo un mejor flujo sanguíneo y evitando que se generen coágulos en la sangre y obstrucciones en la circulación.
De igual forma, reduce el colesterol LDL, de esta forma se disminuye el riesgo de sufrir un infarto cardiovascular.
Debido a que beber whisky con moderación ayuda a mejorar la circulación sanguínea, mejorará la oxigenación corporal, lo cual tendría una sensación de relajación en el cuerpo y de esta forma, el whisky ayudaría a reducir el estrés, los niveles de ansiedad y los nervios.
Finalmente, tomar whisky antes de dormir ayuda a activar el primer sueño debido a que es un destilado relajante, agradable y reparador.