El consumo de alcohol genera tanto interés como debate en la comunidad médica y científica. Aunque algunas investigaciones sugieren beneficios potenciales, es fundamental comprender cómo una cerveza diaria puede influir en el cuerpo humano. A continuación, se exploran los efectos de este hábito desde varias perspectivas.
Definición y moderación del consumo de alcohol
Para comprender el impacto de beber una cerveza al día, es esencial definir lo que se considera un “trago”. Según el portal de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), un trago estándar en los Estados Unidos contiene 0.6 onzas (14 gramos) de alcohol puro. Esta cantidad de alcohol se encuentra en 12 onzas de cerveza con un 5% de contenido alcohólico. Otros ejemplos de un trago estándar incluyen 5 onzas de vino (12% de alcohol) o 1.5 onzas de licor destilado (40% de alcohol).
En términos de consumo moderado, la Clínica Mayo establece que el límite es de una bebida al día para las mujeres y hasta dos para los hombres. Por lo tanto, el consumo de una cerveza diaria se ajusta a esta definición para los hombres, pero solo para las mujeres en contextos específicos.
Beneficios potenciales para la salud
El Diario de Sevilla menciona que, Ascensión Marcos Sánchez, profesora de investigación en el Instituto de Ciencia, Tecnología de Alimentos y Nutrición del CSIC, destaca que el consumo moderado de cerveza puede ofrecer varios beneficios para la salud. Según su investigación, una cerveza al día para las mujeres y una o dos para los hombres puede reducir el riesgo cardiovascular y la mortalidad general.
Además, este patrón de consumo se asocia con una disminución del riesgo de diabetes en los hombres, un aumento en la densidad de masa ósea y una reducción en el riesgo de fracturas en personas mayores. También se ha observado que no está relacionado con un incremento en la obesidad general o abdominal.
Riesgos asociados y consideraciones adicionales
A pesar de los posibles beneficios, el consumo de alcohol conlleva riesgos significativos. Incluso el consumo moderado de cerveza puede afectar al hígado y contribuir al aumento de peso debido a las calorías adicionales. La acumulación de grasa en el hígado, conocida como enfermedad del hígado graso no alcohólico, puede ser una preocupación a largo plazo.
El alcohol también puede impactar negativamente el sistema digestivo al irritar el revestimiento del estómago y aumentar la producción de ácido, lo que podría llevar a malestares como acidez estomacal. Además, el efecto diurético del alcohol puede causar deshidratación si no se compensa con suficiente agua.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.