El uso frecuente de la plancha para el cabello es una práctica común entre quienes buscan alisar y dar forma a sus mechones. Sin embargo, como con cualquier herramienta de calor, su uso excesivo puede tener efectos negativos significativos en la salud capilar.
El calor intenso de la plancha puede causar daño estructural al cabello si se utiliza con demasiada frecuencia o a temperaturas elevadas. Esto se debe a que el calor extremo puede debilitar la protección natural del cabello, la cutícula, resultando en cabello seco, quebradizo y propenso a las puntas abiertas.
Además, el uso repetido de la plancha sin protección adecuada puede afectar la hidratación del cabello, haciendo que se vea opaco y sin vida. Es crucial utilizar productos protectores contra el calor antes de aplicar cualquier herramienta de calor, como la plancha. Estos productos ayudan a minimizar el daño al actuar como una barrera entre el cabello y el calor directo.
Otro efecto secundario común es la pérdida de elasticidad del cabello debido al calor excesivo, lo que puede hacer que el cabello se quiebre con mayor facilidad. Es recomendable limitar el uso de la plancha a no más de dos o tres veces por semana y siempre ajustar la temperatura según el tipo y la salud del cabello.
Para quienes ya experimentan daños por el uso excesivo de la plancha, se recomienda tratamientos nutritivos y reparadores, como mascarillas hidratantes y aceites capilares, para restaurar la salud del cabello.
En conclusión, mientras que la plancha para el cabello puede ser una herramienta útil para crear estilos sofisticados, su uso debe ser moderado y acompañado de cuidados adecuados para minimizar el riesgo de daño capilar.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.