Para algunas personas, la ducha en la mañana es esencial para despertar y desarrollar mejor sus actividades cotidianas. Sin embargo, hay quienes prefieren hacerlo en la noche, o tomar doble baño, es decir, en la mañana y en la noche.

Ducharse antes de dormir es un hábito que muchas personas eligen por comodidad, higiene o relajación, pero según especialistas, esta práctica también puede impactar positivamente en la salud mental y física.

La ducha nocturna reduce el cortisol, facilitando la relajación y disminuyendo la ansiedad, según la psicóloga Jennifer L. Miller | Foto: (c) Copyright 2022, dpa (www.dpa.de). Alle Rechte vorbehalten

Una ducha nocturna no solo ayuda a reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, sino que también actúa como un ritual que le indica al cerebro que es momento de relajarse. Este hábito facilita la transición hacia un estado de calma, ayudando a gestionar la ansiedad y promoviendo un sueño más reparador, expone la psicóloga Jennifer L. Miller,

Además, la experta en comportamiento Sheryl R. K. Watts destaca que la regulación de la temperatura corporal es clave en el ciclo del sueño. Al ducharse con agua caliente, el cuerpo eleva su temperatura y luego la enfría gradualmente, lo que envía señales al cerebro para inducir el sueño de manera más rápida y profunda.

Por último, según la terapeuta Andrea H. Nichols, la ducha nocturna puede convertirse en un espacio de autocuidado. Este momento de pausa permite desconectar del estrés acumulado durante el día, renovando tanto el cuerpo como la mente, y favoreciendo un mejor estado de bienestar general.

"Los dermatólogos recomendamos que las duchas se hagan con agua a una temperatura entre 33 y 37 grados”, explicó Eugenia Cutillas, jefa del Servicio de Dermatología del Hospital Quirónsalud Murcia. | Foto: Foto: Getty Images.

Tanto ducharse por la mañana como hacerlo por la noche tienen beneficios únicos, según la Clínica Cleveland. Por la mañana, una ducha permite comenzar el día con la piel limpia, eliminando células muertas, sudor, bacterias y ácaros acumulados en las sábanas. También, ayuda a despertar, realizar con calma la rutina facial.

Por otro lado, bañarse por la noche es ideal para eliminar la suciedad, contaminantes y restos de productos como cremas o protectores solares que se acumulan a lo largo del día. Además, esta práctica puede integrarse a la rutina nocturna, favoreciendo la relajación y un descanso más reparador.

Bañarse en las noches significa mucho más que una simple rutina de higiene; es un hábito que puede transformar el bienestar físico y mental. Más allá de limpiar el cuerpo, esta práctica trae consigo múltiples beneficios para las personas. Es, en esencia, una manera efectiva de cerrar el ciclo diario y sirve para preparar a las personas para un sueño reparador y revitalizante.